En 1999 se lanzó el sitio de subastas Mercado Libre.com, que siguió la tradición inaugurada cuatro años atrás por el gigante de las subastas a escala mundial, eBay. Mercado Libre de inmediato se posicionó en Latinoamérica como la zona para la venta y subastas de productos. Su presencia se vio reforzada el año pasado cuando adquirió el otro sitio importante de subastas en la región DeRemate.com.
A lo largo de la década de existencia que tiene Mercado Libre en el país ya ha reunido una buena cuota de usuarios que acuden a dicho sitio a comprar infinidad de productos y chácharas, pero también de un sinfín de interesados en comercializar sus mercancías y servicios, que ante las taxativas y burocracias que pueden existir para poder poner instalaciones físicas de su negocio, se decantan por la vía virtual. No obstante, es un hecho que la parte de las subastas es mera retórica, porque conforme el tiempo ha transcurrido de lo que ha venido plagándose el sitio es de ventas únicamente de productos.
Sin embargo, en cuanto a quienes venden o comercializan sus productos en dicho sitio la fauna es variada, y las éticas también lo son. Se dice en buen mexicano que “al buen comedor de tacos se le conoce por la forma en que los agarra”, también los buenos vendedores en dicho sitio se conocen de inmediato por el comportamiento que asumen con sus clientes o potenciales compradores. Cuando no responden mensajes, cuando cambian los criterios de entrega de los productos… de entrada se está ante vendedores poco pulcros o de potenciales transas. Es cierto que existe un ranking de califica ciones que permite ubicar las reputaciones y las calidades de los vendedores, pero eso no impide los atropellos y los daños a los consumidores.
El sitio, además, se ha ido convirtiendo conforme el tiempo ha transcurrido en un espacio en donde se refugian contrabandistas e incluso las ventas de productos robados están allí a la orden día. Como no es obligatorio extender facturas pueden gozar de esa opacidad para vender sus productos. Y esto es así porque Mercado Libre es un mero intermediario entre las operaciones de compra y venta, no tiene obligaciones que cumplir ante instancia jurídica alguna, lo que no garantiza ninguna protección a los consumidores ya que su inclinación hacia los vendedores es notoria, porque son de quienes obtiene sus comisiones por las ventas de productos.
Por eso vale la pena preguntarse si no es tiempo de pensar en ampliar el marco normativo del comercio electrónico en México y obligar a que sitios como Mercado Libre adquieran mayores responsabilidades y obligaciones con los consumidores y con el tipo de productos que venden.
Publicado en el periódico Milenio
0 comentarios:
Publicar un comentario