Utopía y realidad

miércoles, 11 de enero de 2006

Si un momento clave existe en internet ese es la creación del TCP (protocolo de control de transmisión) y el IP (protocolo internet), que fueron los que permitieron a computadoras interconectarse y hablar un idioma común, que incluso alcanzó a equipos con sistemas operativos diferentes, haciendo posible el trabajo en red y compartir datos entre equipos remotos.
Fue precisamente hace 23 años que la otrora Arpanet decidió cambiar de protocolo, pasar del NCP a los referidos TCP/IP. Lo interesante de esto estuvo en la sinergia de muchos talentos universitarios, lo que más tarde desembocó en la creación de una infinidad de protocolos que vinieron a perfeccionar internet y lo convirtieron en un lugar amable e interactivo.
Pero lo más importante del desarrollo del TCP/IP no fue el invento por sí mismo, sino la filosofía que lo gestó y que era distintiva de los primeros creadores de internet: ser un medio de comunicación común y que por ende los protocolos que la hacían funcionar debían ser abiertos, o lo que es lo mismo gratuitos.
Sin embargo, cuando el ciberespacio fue habitado por millones de personas esa idea se perdió, al grado que hoy día existen una infinidad de protocolos propietarios, lo que evidencia que los sueños de los pioneros de la red se han erosionado en detrimento de los intereses comerciales. No por algo esa situación ha llevado a los hackers, cual si fueran discípulos de Ruth Finnegan, a indicar que la tecnología depende de quien la controle, de quien entiende cómo funciona y de quienes deciden cómo y dónde se hará uso de ella.

Otras utopías rotas
También a principios de enero, pero nueve años después de haberse creado el TCP/IP, nació la Sociedad Internet (Internet Society) o Isoc con el fin de convertirse en un promotor del uso de internet y que ésta se extendiera a todos los habitantes del planeta. Desde su fundación en Tokio en 1992 la Isoc difundió dos ideas básicas: una que a través de dicho organismo pudieran surgir los miembros a las diversas instancias que administran la red e incluso que ella misma asumiera tales funciones; la otra promoverla como la encarnación de la utopía comunicativa, partiendo de que el ciberespacio ponía la información al alcance de cualquier persona en cualquier momento y en cualquier lugar, conformando una comunidad virtual que se podría comunicar sin, prácticamente, otra limitación que su imaginación.
Actualmente la Sociedad Internet cuenta con más de 150 organizaciones y sus miembros individuales provienen de un poco más de 190 países. Sin embargo, su crecimiento ha sido proporcional a la pérdida de su influencia en la administración de internet y los diversos capítulos de la misma parecen más un club estilo estadunidense que un organismo con presencia e influencia real en los destinos de internet.
Hoy las utopías iniciales de una tecnología abierta y no propietaria de la red, que esté al alcance de todos los habitantes del planeta, si bien no han muerto del todo porque la comunidad internet es algo vivo, abierto y en constante transformación, sí se han ido reduciendo a simples y extravagantes afanes comunitarios.
Publicado en el diario Milenio, 7 de enero 2006.
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Lo más destacado de 2005

Sin duda el año que recién acaba de concluir se ha caracterizado por la dura expresión de las catástrofes naturales, que no sólo terminaron abruptamente con la vida de miles de personas, sino que también afectaron las comunicaciones. En cuanto a internet ha sido un año en donde los ejemplos han demostrado que ha estado más viva que nunca y ha dado lugar a un sinfín de aspectos de los que destacamos los más importantes.
En enero Terra México se vio obligada a retirar de su portal un foro desde el que era posible enlazarse a páginas de pornografía infantil. En ese mismo mes fue condenado a prisión Jeffrey Lee Parson, un joven estadunidense acusado de propagar el virus Blaster. En el mes siguiente se llevó a cabo una curiosa subasta en Christie’s con diversos documentos que contenían información sobre los orígenes del ciberespacio y que se tradujo en la recaudación de 714 mil dólares, una cifra menor de la esperada; también destacó en ese periodo la aparición en Estados Unidos del primer “spimmer” (envío de spam a través del Messenger) que tuvo como autor intelectual al joven Anthony Greco que se dio gusto enviando más de un millón de mensajes no solicitados.
En marzo las bitácoras entraron de lleno a la Casa Blanca de la mano de Garrett Graff, editor de una página de comentarios sobre los medios de comunicación en Washington, que hizo historia al convertirse en el primer “blogger” corresponsal en la casa presidencial estadunidense. En abril la empresa Google lanzó Google Maps un servicio de búsqueda de imágenes satelitales que de inmediato se tornó exitoso.

Cumbres, solidaridad y Pamela
A partir del mes de junio se recrudeció la disputa por internet. Con motivo de la segunda parte de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, que se llevaría a cabo en noviembre, el subsecretario de comercio estadunidense, Michael Gallaghe, dijo que no cumplirían sus anteriores promesas de ceder el control del sistema de nombres de dominios de internet (DNS) a la ONU u otra organización internacional, cuestión que derivó en una serie de declaraciones y posiciones encontradas de diversos gobiernos contra el estadunidense y que a la postre terminaron en que la Cumbre Mundial pasara sin pena ni gloria.
En la segunda quincena de agosto cuando Katrina tocó las costas de Louisiana y Mississippi, no solo causó una gran tragedia en Nueva Orleans, sino que despertó una intensa solidaridad a través de internet. En el mes siguiente se dio uno de los movimientos más llamativos en el campo de los negocios relacionados con internet, cuando eBay compró Skype, el programa de telefonía P2P, por 2,600 millones de dólares, alimentando especulaciones y evidenciando la burbuja. En ese mismo mes se celebró en nuestro país, en el Tecnológico de Monterrey, la Bienal iberoamericana de comunicación que tuvo como eje central el papel sociocultural de internet.
En septiembre Lycos, con motivo de sus 10 años de existencia, dio a conocer que durante ese periodo el nombre más buscado en su base de datos fue el de Pamela Anderson y pocos días después eDonkey, un sitio que usaron muchos usuarios para intercambiar fotos de esa actriz canadiense, ponía fin a sus actividades. En octubre la Amipci dio a conocer la demografía en México que alcanzó los 17 millones de usuarios. En ese mismo mes se presentó el primer caso de spam en México, cuando el responsable del financiamiento de la campaña del precandidato perredista a la presidencia de la república, envió miles de mensajes invitando a hacer donaciones para la campaña de López Obrador.
El año se despidió con la aprobación por la Cámara de diputados de una reforma penal para castigar con dos años de cárcel a los hackers, con Google comprando el 5 por ciento de America Online y con el inventor de la Web, Tim Berners-Lee, creando su propio blog.
Publicado en el diario Milenio, 8 de enero 2006.
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El robo como moda

“No tengo un mango” dicen en el cono sur para expresar que no se posee ni un peso en la bolsa. Mientras que en España decir “Vamos a mangar” es indicar que uno se dispone a robar algo. Hoy se empieza a poner de moda en la zona ibérica, al calor de los movimientos antiglobalización el “mangar” o hurtar, que se ha vuelto algo chic entre un sector juvenil y una de las mejores maneras de poner de cabeza al capitalismo. Se parte de que como no se tiene “un mango” y que como el sistema capitalista quiere que todos seamos voraces consumidores, entonces hay que descarrilarlo haciendo que las empresas paguen lo que uno consume.
Es así como hordas juveniles, aprovechando los festejos de fin de año, se lanzan a los centros comerciales con la clara idea de robarse todo lo que puedan, el objetivo es transar la mayor cantidad de cosas con el fin de socavar los engranajes del sistema capitalista. El sitio Yo mango se ha convertido en un auténtico espacio de propaganda y de articulación de una gama de estrategias para robar. La página conforma una barricada simbólica y digital contra el capitalismo, como parte sustancial del discurso de un movimiento impulsado por anarcos desilusionados de la palabrería y acciones estridentes del movimiento antiglobalización estadunidense y europeo. Decepcionados de que varios sectores que lo conforman se pierdan en debates y cuestiones que no conducen a ninguna parte, proponen pasar a la acción de inmediato.
Desde su perspectiva es mejor “mangar” que acudir a las reuniones del Foro Social de Porto Alegre, en donde las acciones concretas son pospuestas en favor de los “rollos”. Curiosamente son seguidores de uno de los iconos del movimiento antiglobalización; Jose Bove, que pasó a la historia por hacer prácticamente polvo con sus propias manos un McDonalds en su natal Francia.

Ingenuidad y romanticismo
No cabe duda que desde el punto de vista sociológico este movimiento social es interesante, pero desde la perspectiva práctica es ingenuo porque por un lado termina por perfeccionar el mismo sistema capitalista, ya que han empezado a surgir los interesados en vender playeras y souvenirs con el logo de “Yo mango”, pero dentro de poco no sería raro que dichos productos se puedan conseguir en cualquier boutique. Por otro dicen rechazar a internet porque encarna la globalización contra la que ellos luchan, porque la consideran una enemiga de las costumbres y culturas locales, pero curiosamente ha sido gracias a la red como ellos han podido difundir su rechazo al capitalismo y han globalizado sus puntos de vista.
Pero tal vez lo peor de ese movimiento es que el acto de “mangar” termina por afectar a los mismos consumidores que curiosamente son su principal motivo de lucha. Es sabido que el valor de las mercancías y los insumos está en relación con lo invertido en la seguridad y la protección de las mismas. El fabricante y el distribuidor nunca pierden sus márgenes de ganancia, como ingenuamente piensan los seguidores del movimiento “Yo mango”.
Es un hecho que la protesta del público consumidor se ha convertido en una de las manifestaciones más frescas de los tiempos que corren, en una de las mejores maneras de practicar una política eficaz para controlar los excesos poco éticos de ciertas actividades empresariales, pero tampoco se puede soslayar que en una cantidad nada despreciable de casos esos movimientos piensan ingenuamente que desde dicho marco de confrontación se puede provocar el derrumbe del sistema capitalista.
Publicado en el diario Milenio, 26 de diciembre 2006
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