Alianzas peligrosas

domingo, 12 de julio de 2009

Recientemente se acabó el que fuera visto hace algunos años atrás como el matrimonio de dos titanes que estaban destinados a dominar el campo de la comunicación. Con el fin que puso Time Warner a su relación con AOL, hace evidente la imposibilidad de seguir soportando las pérdidas que sufre su pareja desde hace años y hoy en plena crisis ha decidido mejor dedicarse a lo que mejor conoce: el cine y la generación de contenidos para la televisión.

En el año 2000, cuando se dio la fusión y estaba ya en pleno auge la crisis de la nueva economía y las punto com, se le ocurrió a Time Warner adquirir al que en ese entonces era el Proveedor de Servicio de Internet más grandes del orbe, AOL, por la increíble suma de 247 mil millones de dólares de ese entonces para hacerse del 95 por ciento de dicha empresa, pero de inmediato se evidenció que fue una de las operaciones financieras más desastrosas de la economía moderna y que nunca reportó ganancia alguna.

Por su parte AOL, que hace una década era vista como la quintaesencia de la red, como el ejemplo más notorio de lo que era la nueva economía, hoy es una apestada empresa a la cual todo el mundo le hace el feo, y en 2001 pasó de la gloria al infierno tras el derrumbe de los negocios punto com. Sus 107 millones de usuarios de nada le sirven para paliar los gastos que genera y mucho menos para subsanar a Time Warner del enorme boquete que significó su compra.

A lo largo de los últimos 15 años hemos sido testigos de la infinidad de ilusiones y traspiés que se dieron en el mundo de las punto com. De esa manera, empresas que fueron creadas con un puñado de pesos, que de inmediato hacían su sitio en internet, poco tiempo después ya recibían una inversión millonaria que los catapultaba al éxito. Sin embargo, eran negocios completamente inviables, vivían de las promesas de generar ingresos a futuro, pero la mayoría nunca encontraban la forma de hacer negocio por lo que terminaban absorbidas o en su defecto perecían.

En nuestro entorno, negocios fracasados fueron los del portal Esmas de Televisa que compró Submarino, cuando ya era una entelequia y que nunca aportó nada para desaparecer sin pena ni gloria. Pero el caso más notorio en Latinoamérica fue la venta de Patagon.com, que dejó a varios de sus fundadores millonarios. El sitio de Patagon fue creado con alrededor de 10 mil dólares, gracias a que era una sitio relacionado con las cuestiones financieras y bursátiles recibió aportes del capital de riesgo, pero su momento cumbre llegó en marzo de 2000 cuando el grupo español Santander los adquirió por 528 millones de dólares, siendo que el portal no generaba ni generaría en el futuro ningún centavo de ingreso. Hoy Patagon ha pas ado a mejor vida y Santander se hundió en un sinfín de demandas perdiendo cuantiosos euros y en vez de hallar la gallina de los huevos de oro se topó con una bolsa sin fondo por donde se le fugaron millones de dólares.

 

Publicado en Milenio.

Trabas a Google

Google nació en el rincón de un oscuro garage y fue rescatado de ese sitio por la fama. El buscador fue producto del ingenio y mente de dos intrépidos estudiantes, Larry Page y Sergey Brin, que con dicha creación pensaban modificar el criterio imperante en ese entonces en el campo de los buscadores, querían que el valor que definiera el lugar que ocuparía cada sitio en el buscador fuera su popularidad. Hoy, el 70 por ciento de usuarios que usan buscadores demandan ese servicio.
Google se ha vuelto imprescindible y un monstruo que muchos quieren detener. En la actualidad, el éxito de Google es notorio, es el buscador más exitoso y su expansión se garantiza con nuevos productos que acompañan al buscador y terminan por incrementar sus usuarios. Pero el éxito y el crecimiento de esa empresa que todo engulle, y que muestra un apetito sin límites, empieza a tener problemas. En fechas recientes el gobierno estadunidense empezó a investigar a Google porque se piensa que su idea de crear la mayor biblioteca virtual del mundo devendrá en un monopolio y en una amenaza para la competencia.
Vista ya como un Microsoft, Google se enfrenta a diversas empresas e instituciones públicas que la ven como un enemigo y que desean frenar su expansión. Mientras unos la ubican como medio para difundir sus contenidos o publicitar sus productos, otros ven al buscador como un ogro que violenta los derechos de autor. Hace poco un juez estadunidense, Richard Posner, refirió que deben proscribirse los vínculos, como los que compila Google, porque vulneran el copyright. Desde esa perspectiva, un sitio o un buscador que contengan links hacia sitios o blogs no autorizados de ser enlazados podrían ser multados.
Para infinidad de creadores de sitios un enlace es, en estricto sentido, un reconocimiento y, también, una forma de generar tráfico, mientras que para la industria editorial es un acto delincuencial, como lo refiere el mencionado juez al acusar al sitio de Google News de violar los derechos de autor. De esa manera, mientras las nuevas tecnologías obligan a repensar los criterios de autor, hay quienes todavía desean seguir aplicando los esquemas del pasado para regular los del presente, como lo que acaban de poner en marcha unos jueces argentinos que prohibieron a Yahoo! y Google colocar links referentes a la modelo argentina Valeria Mazza. Otro ejemplo de cómo un obsoleto aparato judicial intenta perpetuar las equivocaciones y los absurdos de un esquema de protección de derechos de autor.

Publicado en Milenio

25 años de Neuromante




Hace 25 años apareció la novela Neuromante de William Gibson, que pese a su distancia parece muy actual y llena de sugerencias para comprender el presente. Desde su publicación se tornó en una referencia para un sector de usuarios de internet de mediados de los años ochenta que trasladaron parte de su contenido al ciberespacio. Con esa obra adquiría consistencia el incipiente subgénero de ciencia ficción conocido como ciberpunk, en donde sobresalen talentosos programadores capaces de librar grandes batallas en el ciberespacio y que gracias a eso lo hacen menos pesado para los seres humanos.
A pesar de que se podría suponer que a mediados de los años ochenta el desarrollo de la computadoras prometía irradiarse al grueso de la sociedad, lo que no se vislumbraba era la masificación de internet, mismo que en Neuromante se ha vuelto algo normal, aunque el ciberespacio dibujado en la obra se ha tornado en una dimensión protegida con sofisticados mecanismos de seguridad porque es la región en donde se reproducen las grandes corporaciones que controlan el planeta. Esa dimensión celosamente resguardado es vulnerada por Case, un hacker de altos vuelos (ex "vaquero de consola", como se denomina en la novela), que parasita en los bajos fondos de un extraño puerto japonés (Chiba City) en donde se congrega la más variopinta fauna procedente de diferentes partes del planeta y que destacan por su fervor delincuencial. Case establece en dicho lugar sinergias delictivas con la extravagante Molly para vulnerar la seguridad de una decadente empresa que reproduce su poder en dicha dimensión, en medio de ese entorno dominado por máquinas y seres artificiales Case y Molly saldrán airosos. Si bien el ciberespacio que dibuja Gibson en esta novela es algo con que todavía no se cuenta en la actualidad, porque el dibujado en la obra es realmente inteligente, interactivo y demencialmente maligno, internet ya es un territorio en el cual confluyen millones de seres humanos todos los días y en donde se dan los más diversos intercambios de informaciones y una reproducción de la vida y nuevas maneras de existir. La obra sigue siendo de gran relevancia y actualidad, porque plasma cómo los humanos terminamos por ser devorados por nuestras propias creaciones, de manera que las inteligencias artificiales que tan afanosamente cultivamos cotidianamente pueden un día pueden escaparse del oscuro lugar que les hemos asignado para terminar arrollándonos.

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Música deprimida

Desde que internet se masificó, la industria musical recibió un gancho al hígado y por más intentos que ha hecho no se ha recuperado. Las ventas continúan desplomándose y los nuevos canales de distribución y consumo poca cosa han logrado para paliar esta situación. El año pasado, del total de ventas de música, el 25 por ciento correspondió al canal digital, demostrando que es el sector más vigoroso en este rubro. En 2004, las ventas en línea fueron de 330 millones de dólares, pero cuatro años después ya habían alcanzado los 3.7 mil millones de dólares.

Pero a pesar de ese vigor que muestra el canal digital, lo cierto es que todavía no llena el hueco dejado por la venta de discos compactos. Si bien cada año avanza dicho segmento digital medido en términos absolutos crece en porcentaje a costa de su pérdida de peso en el volumen total de ventas, ya que éste sigue viniéndose abajo. Y es que uno de los factores que impide que el crecimiento de la música digital se despegue, es la facilidad con que se puede encontrar música gratuita en la red y también la escasa oferta de música digital.

Y en esto no se puede soslayar la lo tímidas mezquinas que son los grandes sellos discográficos que han sido incapaces de ofrecer un esquema digital sólido y realista. Pero lo peor del escenario es que hasta hace poco la misma industria musical se había dormido en sus laureles pensando que se desplegarían fortuitamente nuevos modelos de negocio musical que paliarían sus pérdidas, en particular las ventas de tonos para teléfonos celulares y música "móvil". Sin embargo, tal perspectiva no es clara, porque el año pasado en España descendieron (en un poco más del 15 por ciento), por primera vez en la corta historia de las ventas digitales, los ingresos por venta de música para teléfonos celulares.

En fin, el escenario no es nada halagüeño y, a pesar de que existen nuevos segmentos que pueden ser vistos como servicios novedosos, la verdad es que todavía es prematuro decir que podrán ser negocios viables. En todo caso, lo cierto es que el panorama parece poco prometedor ya que la misma crisis económica es factible que empiece a mostrar sus efectos en la compra de música y para conocer el mapa depresivo de este rubro debemos esperarnos unos cuantos días, ya que dentro de poco el IFPI dará a conocer los datos de las ventas totales de música durante el primer trimestre de 2009, que seguramente serán menores a los del mismo periodo en 2008.

Publicado en Milenio

Declive de la pornografia

Después de que se considerara a la pornografía era como el mejor negocio de internet, que se dijera que el 30 por ciento de los DVDs vendidos eran de contenido pornográfico o que Danni Ashe estaba destinada a tener ingresos permanentes, resulta que dicho sector no ha sido ajeno a los embates de la crisis económica y sus fieles consumidores, que antes sacaban a la menor provocación erótica su tarjeta de crédito para consumir diversos contenidos porno en línea, hoy se abstienen de hacerlo. Como también ha sucedido en el mercado de los artilugios eróticos, como lo demuestra el desplome que han sufrido los sitios que venden gadgets y demás cuestiones vinculadas al placer erótico.
Seguramente la pornografía no es como dice Larry Flynt, el editor de la revista para adultos Hustler, un asunto de prioridad nacional para Estados Unidos, porque ella es el sucedáneo necesario que necesita dicha nación para salir de la crisis; pero no podemos soslayar que por más cuestionamientos o posturas incendiarias que algunos usuarios tengan contra la industria pornográfica, no cabe duda de que sin su presencia en la red el ciberespacio sería algo completamente diferente.
No podemos olvidar que ha sido una industria innovadora, que en algunos momentos no dudó en hacer cuantiosas inversiones en investigación tecnológica para colocar su mercancía, lo que terminó por impactar en el desarrollo de la red en su conjunto. Vale la pena recordar que las hoy odiadas pop-ups fueron un producto que crearon las empresas porno para promocionar sus productos e incluso se convirtieron en un dolor de cabeza cuando alguien exploraba un sitio con tales contenidos, lo que llevó a que se generaran utilerías para frenar su crecimiento. No obstante, durante la década pasada fueron alabadas como uno de los grandes aportes para el desarrollo del comercio electrónico.
Los sitios porno se adelantaron bastante en la transmisión de contenidos en vivo, de suerte que antes de que surgieran sitios tan laureados como YouTube las páginas porno se habían atrevido a ponerlo en práctica e incluso a generar abundantes clips o animaciones con archivos de imágenes JPG y fueron pioneras al explorar con los formatos MPG.
Pero tal vez el mayor aporte de la industria pornográfica estuvo en generar nuevas audiencias entre un sector de las mismas féminas, curiosamente a pesar de su pedestre y minimalista representación de la sexualidad, quienes vieron a muchos de esos materiales como instrumentos pedagógicos para alcanzar el placer. Quién sabe cuánto de ese material erótico-pornográfico que pulula en la red ha mejorado realmente la vida sexual de mujeres y hombres, pero es una realidad que tales materiales no viven sus mejores momentos y, es probable, que muchos sitios dedicados a la venta de contenidos pornográficos perezcan en el mediano plazo.

Publicado en Milenio.

El auge Twitter


Surgida a principios de 2006, a inicios la red social Twitter no pasaba de ser un servicio usado internamente por los empleados de la empresa Obvious, LLC; pero en el último trimestre de ese año fue lanzada al público en general y, poco después, se multiplicaron los adeptos por dicho servicio. Sin embargo, desde el año pasado esta red social devino en auténtico furor entre los jóvenes, quienes son los que la usan de manera mayoritaria.

A pesar de que sólo pueden emitirse 140 caracteres, que son auténticamente microentradas y conocidas como tweets, el envío de mensajes es constante, se puede decir que a lo largo del día una persona puede rebasar los cientos de envíos de tweets. La ventaja de Twitter es que hace converger diferentes medios y tecnologías, de manera que lo mismo se puede enviar un mensaje desde la página web de Twitter, que desde los teléfonos celulares o desde otras redes sociales como Facebook.

Todavía es una red con pocos usuarios si se compara con quienes usan Facebook o el mismo MySpace, porque en Estados Unidos, donde se encuentra más del 70 por ciento de usuarios, alcanza cerca de los 15 millones de adeptos. En un momento en que las tecnologías se han sofisticado, en donde los recursos incluso han llegado a incorporar interfaces para que los individuos se clonen y se repliquen con virtudes y defectos corporales, Twitter parece un rudimento, una tecnología que nos retrotrae a las épocas de los BBS, cuando en dichos tablones electrónicos se admitían unas cuantas líneas para dejar unas cuantas frases. Lo curioso es que esa dimensión retro es lo que precisamente le ha permitido ganar adeptos, porque está a tono con la tendencia por lo escueto y simple en el campo de la comunicación e interacción que buscan los jóvenes en la actualidad.

Twitter es la apuesta por la ligereza de las expresiones y los intercambios, de manera que en 140 efímeros y volátiles caracteres las personas deben ser capaces de sintetizar egos y pasiones particulares, también ha afianzado vínculos que se consolidan y refuerzan a través de tales intercambios de mensajes. Aquí no existe tiempo para el pensamiento denso, sino para los estados de ánimo volátiles que continúan con esa tendencia que expresa Paula Sibilia en el sentido de que la intimidad se convierte cada vez más en espectáculo, pero que es fiel reflejo de lo que gusta a los jóvenes y que advierten de paso que a este ritmo de renovación y de auge retro no será raro que mueran los correos electrónicos y se pongan de moda Carlos Marx y los BBS.

Publicado en el diario Milenio.

La intimidad como espectáculo

viernes, 10 de julio de 2009

Hoy se dice que para leer y/o comprender lo social es necesario partir de su magma, los individuos, quienes a través de sus relatos personales o historias de vida permiten captar cómo se construye y reconstruye lo social, son el termómetro de los procesos sociales. Eso ha sido el sustento teórico de diversas disciplinas de las ciencias sociales (antropología, sociología, comunicación o ciencia política) para acudir desenfrenadamente a darles voz a todos los ciudadanos para sacarlos de su anonimato, al grado de que incluso algunos investigadores no dudan en valorar una historia de vida como más importante que la misma teoría. Pero este desenfreno por dibujar la intimidad tiene más de una década de explorarse de manera explosiva en internet y que es motivo de estudio de Paula Sibilia (La intimidad como espectáculo, FCE).

Para Sibilia, cuando en 2006 la revista Time decidió que todos los individuos, cualquier ser humano, eran la personalidad del año, estaba no sólo dando por hecho el efecto que las nuevas tecnologías tienen en la vida diaria, sino que también se asumía la era de la megalomanía que caracteriza a los tiempos que corren. Con este reconocimiento la publicación estadunidense establecía que cualquier persona a través del uso de blogs, redes sociales o sitios como YouTube eran capaces de modificar el terreno del comercio, la política o el arte.

Pero la autora toma distancia de esto al señalar que esta tendencia megalomaniaca en realidad es una glorificación de la estulticia que envuelve a las multitudes, que los individuos no es que hayan dejado de ser narrados y se tornaran en narradores, sino que dichas cuestiones manifiestan el declive del broadcast que caracteriza a los medios convencionales de comunicación y el auge del egocast, propio de las nuevas tecnologías, y en donde lo que cuenta es la exposición de cómo se es percibido por los otros.

El libro, como se puede ver en lo ya expresado, tiene como tema central la construcción de la subjetividad generada por las nuevas tecnologías, la cual a diferencia de la del pasado es frágil, elástica y volátil. Para la autora este tipo de subjetividad va de la mano del mercado al fomentar una egoeconomía que conlleva la articulación de consumos diferenciadores.

Pero tal vez lo más interesante es que Sibilia sostiene es que todas esas prácticas confesionales, toda esa gama de relatos de vida que pululan en internet, en donde los usuarios se desnudan por completo e incluso ornamentan con falsedades, no sólo habla de una redefinición de lo público y lo privado, sino que reflejan una mutación de la subjetividad, que sacude estruendosamente los cimientos del yo tradicional, el que se gestó con la modernidad y se extendió hasta gran parte del siglo pasado, en donde éste deja de ser privado para convertirse en público.

Publicado en el diario Milenio

La música en línea

Las ventas de música en internet a lo largo del año pasado se incrementaron en 700 millones de dólares más que el año pasado y en total la cifra fue de tres mil 700 millones de dólares. Sin embargo, la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI) ha referido que por cada canción bajada de internet legalmente se descargan otras 20 que no son pagadas. Pero se alegra por otra parte que de manera paulatina la venta en línea siga creciendo, de suerte que actualmente ya alcanza el 20 por ciento del total de música.

De acuerdo con el último reporte emitido por la IFPI correspondiente al mes de enero de 2009 la pérdida es igual a una quinta parte de todas las ventas de música grabada. Lo que se soslaya en esto es que diversos estudios han demostrado que una gran porción de la música intercambiada es escuchada una sola vez y es de inmediato enviada a la basura.

Si bien es cierto que desde el 2000 sigue en picada la caída de ventas de discos, al grado que los ingresos totales de ventas de música en todo el mundo disminuyeron en un siete por ciento el año pasado con respecto al año anterior, pero esa caída tiene que ver más con otros factores que con la música bajada de la red. Incluso la música que se descarga de internet en México, por ejemplo, es infinitamente inferior a la que se comercializa en el circuito pirata. Y esto sucede en gran parte de los países del tercer mundo, sin olvidar que China es el mercado número uno en el mundo de piratería musical.

A pesar de los muchos servicios de descarga legal que se han puesto en marcha, los usuarios todavía siguen prefiriendo la obtención de los archivos de forma gratuita a partir de programas de descarga, aunque esto supuso en 2008 un siete por ciento menos de ingresos para el sector. Pero ese panorama parece que se volverá mucho más crítico el año que corre, ya que algunos especialistas estiman que uno de los sectores que corre mayor riesgo es el musical, ya que los melómanos y los interesados en los productos sonoros meditarán mucho más sus adquisiciones y las compras de discos y melodías bajarán considerablemente.

Es por ello que se hace necesario que la industria discográfica no se limite únicamente a imitar las políticas de Sarkozy, de no llevar a la cárcel a los usuarios que bajen melodías o de impulsar la idea de que se queden sin conexión a internet quienes sean reiterados descargadores de música protegida en línea. De lo que se trata es que se apliquen nuevos criterios de ventas, que bien podrían ser por volumen de bits. De lo contrario, si sigue con su testaruda actitud de no cambiar se seguirá hundiendo y no sería raro que viéramos que alguno de los grandes sellos discográficos perezca en el año que corre.

Publicado en el diario Milenio

 
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