Si algo asombra en la actualidad es el auge que ha ganado internet, que en unos cuantos años ha llegado a tener más de mil millones de usuarios a escala planetaria. Para algunos especialistas los aspectos más llamativos de este proceso son su fulgurante expansión global, el imparable desarrollo tecnológico asociado y las consecuencias en el campo económico: otros estudios han centrado su atención en los modos en que la red de redes ha modificado los usos sociales y las prácticas culturales.
Para el autor también debe ser motivo de reflexión la capacidad de este medio para trastocar y redefinir el campo estético. Así, el autor emprende el estudio del efecto de internet en el terreno musical e indaga sobre el papel de la red en la apropiación de los contenidos sonoros, analizando minuciosamente cómo el fin de los discos compactos determina lo que será la música en el futuro cercano, dejando claro que su producción, distribución y consumo han cambiado para siempre, al igual, sin duda, que los melómanos.

La reputación digital

sábado, 27 de noviembre de 2010

 
La fuerte dependencia que un sector de la población mundial tiene hoy de las nuevas tecnologías corrobora que esos usuarios existen en función de dichas herramientas de comunicación, al grado que toda interacción personal está mediada por interfaces. Estamos encadenados colectivamente a los miles de hilos invisibles de la comunicación, que para algunos es parte del personal branding o gestión de la marca personal que los individuos van conformando a lo largo de sus interacciones diarias.
Como es característico los consultores estadunidenses han creado un concepto de moda para renombrar algo que siempre ha existido: la gestión de la reputación. Desde tiempo atrás muchas personas saben que gestionar la reputación es una condición necesaria para poder tener un mejor devenir, para poder conseguir un buen empleo.
En la Edad Media gestionar la reputación era un capital vital para todos aquellos que ofrecían sus servicios a los caballeros, quienes les garantizaban pertenecer o estar en el corazón de una posición social, económica y comercial, pero además su trabajo era el mejor medio para publicitarse y que más caballeros supieran de sus competencias. Pero era lo mismo que hacían quienes buscaban mecenazgos, era lo que efectuaban a su manera Leonardo Da Vinci o Miguel Ángel para contar con los generosos apoyos de la clase pudiente de la época. Así que administrar la reputación no tiene nada de novedoso.
Lo que ha cambiado ahora es que existe un inmenso canal para administrar o gestionar la reputación, que es internet y, sobre todo, las redes sociales. La moda de estar pegado al iPhone o a la Blackberry para enviar mensajes SMS, o de estar atento a lo que se acumula en Facebook y Twitter, es una manera en que la reputación se refleja. Y ésta no está dada por el número de seguidores, sino por lo que se dice y por las mismas huellas que se van dejando a lo largo de las interacciones en línea.
Pero algo de la cháchara del personal branding tiene razón. Estas sociedades de la perpetua vigilancia, de redes sociales que permiten a las personas dejar todo su pasado almacenado en las mismas ya sea vía videos, fotos u opiniones, también las vuelve muy frágiles y vulnerables y es importante meditar sobre lo que se comunica o sube a los sitios, porque puede ser que desde ahora muchos usuarios jóvenes estén labrando su futuro éxito o su desgracia.

Publicado en Milenio

Fábricas de contenido

Desde hace tiempo se propaga por el orbe digital la idea de que cualquier persona puede fabricar lo que sea. Eso es lo que proponen los laboratorios de fabricación (FabLabs), también conocidos como TechShops o HackerSpaces. En los últimos tiempos se han multiplicado estos sitios en diversas partes del planeta.
Esa idea de alguna manera fue esbozada por Marx, aunque para él los obreros no podían construir y consumir lo que querían por carecer de los medios de producción. La solución marxiana fue que vía una revolución el proletariado confiscara los medios de producción, lo que a la larga terminó en una pesadilla; pero ahora la tecnología permite concretar el sueño de que uno mismo construya “lo que se quiera”. 
La revolucionaria idea de producir sus propios objetos nació en los países bajos, desde donde se ha propagado con el objetivo de construir máquinas replicantes capaces de fabricar diversos productos. Esa propuesta descansa en una red de personas que ponen a disposición de los otros sus talentos y conocimientos. Resultado y ejemplo de esto es la RepRap, una impresora 3D capaz de fabricar la mitad de sus componentes, y la restante ser adquirida en diversas tiendas. RepRap tiene un costo aproximado de 370 dólares y es capaz de efectuar diversos objetos de plástico y de autorrepararse.
Las especificaciones de las máquinas son libres y gratuitas, para permitir a cualquier interesado construir la suya. En la actualidad, esa filosofía se empieza a difundir y se crean diversas máquinas en diferentes partes del orbe, lo mismo se fabrican productos para atender problemas de salud que ambientales o para construir muebles o elaborar productos alimenticios. 
Sin embargo, la revolucionaria idea que proponen los FabLabs, y que puede satisfacer las necesidades de cualquier persona, pero en particular ser una opción interesante para los países del tercer mundo para separarse un poco de la insaciable y perenne adquisición de gadgets y renovación de tecnologías, se puede ver amenazada por problemas relativos al copyright y las patentes, ya que si bien diversas variantes o máquinas podrían fabricar cualquier tipo de objetos, muchos podrían estar prohibidos por cuestiones de derechos de autor.

Publicado en Milenio

eReaders


 
 
 
El futuro de los libros digitales se mueve en terrenos movedizos. Por un lado algunos analistas refieren que a partir del próximo año las ventas de los lectores de libros digitales o e-readers disminuirán y que las propuestas como el Kindle mini, un producto más económico, no tienen futuro. Lo contrario sucederá con los libros electrónicos, la consultora Forrester predice un porvenir radiante: en tres años alcanzará ventas cercanas a los 3 mil millones de dólares.
Desde su aparición en abril pasado el iPad causó no sólo el interés de los amantes de los productos de Apple, sino de los interesados en la lectura; pero los e-readers fueron afectados por la tableta que se empezó a usar como medio de lectura de libros. Muchos dicen que la multiplicación de tabletas para fin de año será la tumba de los e-readers.
La falta de color es una gran debilidad de los e-readers. Surgidos hace algunos años, y popularizados a partir de 2007 con el Kindle de Amazon, los lectores de libros digitales no podían reproducir contenidos en color, porque los aparatos almacenan textos en blanco y negro y con distintos niveles de gris. Eso es poco atractivo para quienes gustan de ver ilustraciones a color.
Sin embargo, esa carencia está próxima a subsanarse ya que recientemente la empresa E-Ink, que lanzó la tecnología de tinta electrónica, ha dado a conocer el desarrollo de un método para almacenar contenido en color o lo que es lo mismo pantallas a colores. La tecnología, bautizada como Tritón, se presentó hace poco en el salón FPD International, en Japón. Al igual que la tinta electrónica en blanco y negro, la de color no hace centellear la pantalla, lo que es fundamental porque no permite la fatiga ocular y facilita la lectura incluso cuando se expone a la luz del día.
Sin embargo, la dificultad no es que los e-readers no tengan la misma calidad o definición de una televisión o un monitor, sino que su problema está en sus limitadas prestaciones, que únicamente sirvan como dispositivos de lectura. Sólo en la medida en que combinen sus cualidades de lector de libros con las de las tabletas, es decir que se vuelvan auténticos productos multimedia, será como puedan hacer frente a un mercado que se decanta por las tabletas.
 
Publicado en Milenio.

Contra el Acta

viernes, 12 de noviembre de 2010


Prácticamente en la última ronda de negociaciones de Tokio quedó listo para su aprobación el documento del Acuerdo comercial antifalsificación, mejor conocido como Acta. Sin embargo, como denuncia la organización AVAAZ, el 80 por ciento de los países del planeta están fuera de las negociaciones de dicho acuerdo. Unas naciones quedaron excluidas de este acuerdo, mientras que otras las abandonaron por voluntad propia. Entre éstas se encuentran China, Brasil, India y Argentina.

Al mismo tiempo varios gobiernos han dado a conocer públicamente sus reticencias a un acuerdo comercial global que vulnera fuertemente su soberanía. Uno de los aspectos que preocupa a varios países es el sector farmacéutico ya que Acta no distingue entre medicamentos genéricos y “piratas” o falsificados, por lo que los grandes laboratorios tendrían enormes ventajas para hacerse por completo del mercado del sector en sus naciones al aplicar tácticas comerciales que pueden desaparecer a cualquier pequeño competidor.

Brasil, por ejemplo, se ha preocupado por alentar la producción de medicamentos genéricos para combatir el sida, incluso afectando las patentes de los grandes laboratorios pero logrando frenar significativamente los decesos de quienes padecen tal enfermedad. Sin embargo, si firma el Acta prácticamente tendría que impedir la producción de tales medicamentos genéricos.

El Acta ha sido negociada a espaldas de la opinión pública, pero en las últimas semanas activistas defensores de la salud pública y de la libertad de internet han manifestado su rechazo, lo que ha llevado a representantes de China, India o el Parlamento Europeo a manifestarse en contra del Acta.

En México el Senado está en espera del documento final del Acta firmado por el presidente Calderón, o en su defecto que les remita un comunicado señalando que México pospone por ahora la firma del acuerdo y abre una tregua de discusión amplia sobre las implicaciones del Acta. Esperemos que medie la sensatez y no se imponga la idea de que la única vía para luchar contra la piratería es aplicar prácticas lesivas a los derechos de los usuarios, de una perpetua vigilancia y persecución de quienes usan internet. 
 
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Aniversario de Google


El buscador Google hace poco cumplió 12 años de vida. Sin embargo, la celebración llega en momentos en que la empresa es investigada en Estados Unidos y Europa por la ausencia de neutralidad de su servicio, lo que no impide que sea la número uno de las búsquedas.
Cualquiera que escriba las siglas DNA en Google, por ejemplo, se encontrará con 134 millones de resultados, por lo que es normal que el usuario que haga esa búsqueda se centre en las primeras entradas y le sean suficientes unos cuantos links para saciar su curiosidad. El algoritmo usado por Google está diseñado para aplicarse de la misma manera en todas las búsquedas. El algoritmo llamado "Page Rank" establece un orden de las páginas web con base en cierta jerarquía basada en el “interés de una página” o por los enlaces que apuntan hacia la misma.
Se puede pensar que esa es una solución democrática y que eso refleja si un sitio es valorado por los usuarios. Pero ese esquema de popularidad de los sitios basado en el número de "vínculos", soslaya lo innovador o lo inédito que no puede ser medido por el radar del Page Rank. La eventual cereza del pastel sobre el DNA no necesariamente está en las primeras entradas ofrecidas por el motor de búsquedas de Google, puede estar en el enlace un millón o en el 190 mil y probabilísticamente no tiene posibilidades de ser leída y, por tanto, de tener enlaces y quedar atrapada en la camisa de fuerza de la clasificación googleana.
Como es probable que el tiempo y la curiosidad no le sobre a uno para explorar todas las entradas relativas a DNA, sería bueno que Google cambiara los criterios de búsqueda, se basara en un esquema en donde el usuario deambule en medio de un paisaje de datos con escalas; que dé un giro radical a su concepto y vaya de la mano con la complejidad de los contenidos y el volumen de entradas.
Pero más allá de si Google tiene interés en cambiar sus criterios de búsqueda o no, lo cierto es que la visión jerárquica establecida por el Page Rank no importará porque en el mediano plazo los avances en la construcción de una web de metadatos permitirán a los usuarios tener un entorno más amplio, rico y conceptual de lo que se busca y no ser acotados por los criterios de popularidad de los enlaces establecidos por Google. 
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Auge de Estonia


Desde que en 2004 Estonia se incorporó a la Unión Europea el gobierno de esa nación estableció un acuerdo con los diversos sectores (parlamento, partidos, universidades, empresas…) para impulsar un proyecto modernizador de sus telecomunicaciones que se reforzó con adecuadas y firmes políticas públicas, consenso social y libre competencia. Hoy Estonia ha superado en ese rubro a varios países de Europa y es ejemplo a escala mundial.
Muestra de eso es que desde hace varios años se accede vía internet a la lista de todos los gastos efectuados por el Estado, algo que apenas se adoptará, por ejemplo, en Inglaterra. Desde hace 10 años el gobierno estonio transformó las reuniones del gabinete en sesiones sin papel por un sistema de bases de datos conectadas por la red.
Es la nación más adelantada en materia electoral ya que desde hace varios años implementó el voto electrónico, permitiendo a sus ciudadanos sufragar a través de internet y hace poco el Parlamento aprobó la votación vía celulares que se usará por vez primera en las elecciones del año próximo.
Todo eso acompañado de una conexión gratuita a internet con el fin de ofrecer al ciudadano la posibilidad de participar en la vida pública y mejorar la calidad de los servicios proporcionados al ciudadano, por lo que tiene miles de sitios de acceso público y gratuito que prácticamente cubren la totalidad del país.
Al mismo tiempo existe una política empresarial que sólo requiere para abrir un negocio de una identificación, algo que va de la mano con su banca electrónica, la más avanzada del planeta, con la cobertura completa que tiene en telefonía celular y prácticamente no hay servicio que no pueda ser pagado con el móvil.
La cultura digital inicia desde las aulas, de manera que todas las escuelas están conectadas a internet y los padres pueden dar seguimiento a los desempeños de sus hijos a través de la red. Se organizan a lo largo del país cursos de computación e internet para adultos financiados por el sector privado. Muchos podrían pensar que ese salto en Estonia es resultado de una genética social, de que el pueblo estonio es étnica y lingüísticamente hermano del finlandés, pero no debe soslayarse que ha sido la decidida participación del gobierno y diseño de sólidas política públicas lo que ha permitido hacerlo. 

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Protección de datos

martes, 2 de noviembre de 2010

Según Calvino los seres puros no necesitan cortinas o estar detrás de ventanas. Pero Calvino seguramente hubiera modificado su punto de vista si viviera en los tiempos que corren y viera la cantidad de tecnologías que invaden la intimidad de las personas, a tal grado es esto que diversos sectores de la sociedad luchan por la protección de datos personales.

Y esto tiene efectos en nuestro país en donde todo indica que pronto tendremos una legislación sobre datos personales, ya que el Senado ha dado el primer paso, la primera lectura, de la iniciativa de Ley de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares. Es un hecho que para la semana próxima ya se habrá aprobado dicha ley.

Quien velará por la aplicación de la misma es el IFAI (Instituto Federal de Acceso a la Información), pero como reconoce la titular de dicha dependencia, Jacqueline Peschard, para poder efectuar sus labores dicho organismo requiere no sólo de gozar de cabal autonomía, sino de que lo doten de más dientes para poder auditar a las empresas y verificar si las mismas cumplen con lo estipulado por la ley.

A pesar de esas limitaciones la aprobación de esa iniciativa es importante, sobre todo para frenar la multiplicación de la venta de bases de datos de credenciales de elector, de tarjetas de crédito y de un sinfín de datos que controlan entes públicos y privados, y que se comercializan de manera inmisericorde en diferentes partes fuera de la red y en ésta misma.

Pero también debemos reconocer que estos esfuerzos, por más perfectos o de largo alcance que sean, son siempre inacabados porque la normatividad siempre estará muy atrasada con respecto al imparable desarrollo tecnológico, y porque también diferentes empresas buscan hacerse por diferentes vías de un mayor número de usuarios, y por ende de sus datos que en muchas ocasiones no se sabe de su destino final.

Hoy la sociedad entera está siendo rehén de una acumulación inaudita de datos, de imágenes personales, todo esto propiciado por una infinidad de técnicas de intrusión cada vez más violentas, sistemáticas y radicales, favorecidas por una ideología neocalvinista que sostiene que sólo los que tienen algo que ocultar exigen leyes contra las violaciones a la privacidad e intimidad.

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Leer de otra manera

La lectura y la escritura son aspectos dinámicos, se alteran o modifican conforme surgen tecnologías o nuevos soportes. En la antigüedad los escritores dictaban sus libros a escribanos, que cual si fueran procesadores de texto transcribían todo. Hasta antes de la invención de Gutenberg un texto no tenía ningún espacio entre palabras; por esa situación, y porque eran muy pocas las personas que sabían leer, la lectura requería de un talento especial.

Con la aparición de la imprenta en el siglo XV no sólo empezó la producción masiva de libros sino también una nueva manera de leer, en silencio y en soledad. La lectura para sí mismo se volvió lo habitual cuando comenzaron los grandes tirajes de libros y la proliferación de novelas.

La primera pantalla que entró masivamente al hogar fue la televisión y redujo significativamente el tiempo de lectura, al grado que se llegó a pensar que el acto de leer estaba a punto de pasar a mejor vida. Pero luego llegó el monitor, que trajo consigo una auténtica fiebre por la escritura y la lectura. Hoy, las pantallas digitales son las culpables de que la gente dedique a la lectura casi cuatro veces más tiempo de lo que le dedicaba hace treinta años. Entre más rodeado está uno de pantallas más se escribe y se lee.

Pero la pantalla ha generado una cultura y habilidad para leer toda clase de símbolos y de representaciones. Leer se ha vuelto una acción multisensorial que sin llegar a ser aún lo que un día preludió la realidad virtual, sí es algo mucho más dinámico que tomar un texto con las manos y posar los ojos en sus páginas. La lectura en las pantallas conlleva una acción más práctica de búsqueda de sentido de las palabras, de vincularse con enlaces al exterior del texto para tener otras opiniones o referencias de lo que se lee.

Pero tal vez lo más importante, como dice Kevin Kelly, sea que las pantallas ya no sirven para que observemos cosas sino para que ellas también nos observen. Ellas nos proyectan y nos reflejan, no tanto para ver nuestro rostro sino para saber nuestro estatus, tal como ya lo muestra Google Real Time, que permite seguir a cualquier persona, conocer sus conversaciones y convertir a cualquier humano en una lectura perpetua.

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Fábricas de contenido

En los últimos tiempos hemos sido testigos de una explosión de lo que se podría llamar fábricas de contenido, protagonizada por empresas como Demand Media o Answers.com. Ambas crean miles de artículos cada día y tienen un efecto considerable en el entramado informacional de la Web anglosajona. Su gran avance las ha llevado a estar entre las firmas más importantes de la Web estadunidense. Ambas reflejan que se ha pasado del modo tradicional de generar contenidos a su industrialización extrema.

El crecimiento de estas empresas preocupa a los grandes grupos multimedia y a gigantes de internet como Google. Las dos firmas operan con una receta básica y redituable: crean toneladas de sitios para nichos específicos, la mayoría de precaria calidad, pero destinados esencialmente a los motores de búsqueda, con el fin de usar las conocidas y efectivas recetas del marketing viral a través de redes sociales y traducirlas en dinero vía publicidad.

Demand Media, por ejemplo, cuenta con 355 millones de dólares para operar, lo que la torna en una máquina con recursos suficientes para la generación de sitios. Para tener en cuenta el potencial de esta empresa, se estimaba que su promedio de artículos generados cada día, hasta el mes de septiembre de este año, era de cuatro mil. Mientras que Answers.com tiene más de 38 millones de páginas de contenido en la Web y las ha generado a costos muy bajos.

Un problema en internet son los enormes volúmenes de contenidos anodinos, pero con dichas empresas eso se multiplicará. Se podría pensar que la calidad de los contenidos es lo que cuenta, que un artículo publicado en un medio que goza de credibilidad y seriedad tiene más interés que uno producido por Demand Media, pero lo cierto es que muchos lectores no establecen tales diferencias y consultan lo “sugerido” por Google.

Diversas editoriales y gobiernos no dudan en calificar a Google de una amenaza para la diversidad cultural, pero las fábricas de contenido representan un peligro mayor: pueden realizar contenidos a costos imposibles de igualar por los medios de comunicación tradicionales o las mismas editoriales. En todo caso, si esa tendencia se impone entonces hasta Google perdería poder, porque sería más eficaz tener mejores enlaces provenientes de buscadores basados en tecnologías semánticas.

Publicado en Milenio.

 
Creada por laeulalia basada en la denim de blogger.