La ICANN (Corporación de internet para la asignación de nombres y números de dominio) cumplió ayer 11 años de existencia. Su surgimiento fue producto de una iniciativa proveniente del Departamento de Comercio de Estados Unidos, y con fundamento en lo asentado por el White Paper, con el objetivo de que el gobierno de Estados Unidos ya no interviniera más en el manejo del Sistema de Nombres de Dominio (DNS) y que dicho organismo reflejara la conformación global de internet.
A pesar de eso diversas voces, entre las cuales están activistas de la red y los gobiernos mismos, han venido cuestionando la continua intromisión del gobierno estadunidense. De esta manera, se ha puesto énfasis en que no es posible que una red global sea controlada por un solo gobierno, el estadunidense, que éste detente el control exclusivo de los recursos centrales y básicos de internet.
Esto, sin embargo, está a punto de cambiar derivado de un acuerdo firmado entre el Departamento de Comercio de Estados Unidos y la misma ICANN, mejor conocido como JPA (Joint Project Agreement), que concluye precisamente al finalizar el mes de septiembre, con lo cual ya no existirá el derecho de veto que ahora tiene Estados Unidos sobre las decisiones de la ICANN.
No deja de ser curioso que la ICANN aún no alcanza su plena autonomía y ya empieza a tomar decisiones cuestionables, como hacer nombramientos de directivos procedentes de empresas afines a Estados Unidos; amén de que se le critica estar perdiendo una cuota importante del mercado de nombres de dominio, debido a que algunos países como China han apostado a la creación de su propio DNS con la finalidad de permitir que sus ciudadanos naveguen con caracteres chinos.
En todo caso, la decisiones futuras de la ICANN pronto nos dirán qué camino tomará o si seguirá bajo la férula de Estados Unidos pero con una supuesta declaración de autonomía.
Publicado en el periódico Milenio
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