Internet es una constelación de muchedumbres, de enclaves habitados por miles de individuos, con multitudes dispersas que en ocasiones unen esfuerzos en favor de ciertas causas. Esa cooperación y sinergia de talentos se conoce como crowdsourcing.
El término crowdsourcing fue acuñado en la revista Wired por Jeff Howe y Mark Robinson, para referirse a que ciertos proyectos podían ser efectuados mediante la participación intensa y masiva de voluntarios. Twitter o Facebook, por ejemplo, han crecido en aplicaciones y robustecimiento de sus plataformas gracias a infinidad de usuarios que ponen a disposición de las mismas sus aportes, creaciones e interfaces.
Al participar los usuarios acentúan su sentimiento de pertenencia a una comunidad y contribuyen a construir la misma con sus aportes. Tal como lo demuestra un estudio efectuado sobre la Wikipedia por Andrea Forte y Amy Bruckman (www.cc.gatech.edu/~aforte/ForteBruckmanWhyPeopleWrite.pdf), en donde las autoras llegan a la conclusión que las personas trabajan a menudo en el objetivo de alcanzar un reconocimiento de los colaboradores de dicha comunidad y de quienes consultan esa enciclopedia en línea.
En el mundo empresarial es donde el crowdsourcing ha tenido más eco, pero también ha salido de ese entorno para adentrarse en las cuestiones políticas, como sucedió en nuestro país el pasado 22 de octubre, cuando una muchedumbre organizada de tuiteros se entrevistaron con un grupo de senadores para demandarles frenar el incremento del 3 por ciento a internet.
Todo empezó cuando Alejandro Pisanty, presidente de la Sociedad Internet en México, abrió un espacio en Twitter, #InternetNecesario, para protestar contra el incremento de las tarifas de internet, que se reprodujo viralmente entre miles de usuarios.
Menos del 1 por ciento de participantes en #InternetNecesario hicieron acto de presencia en el senado, pero esa minoría activa se sacudió las lágrimas por el nuevo gravamen y actúo con inteligencia común para demandar que la red sea un derecho fundamental en México. El sentido de pertenencia grupal llevó a esas muchedumbres digital a una acción política conjunta, y cuenta con una influencia en el ámbito político porque a su favor tiene el respaldo de una amplia red, un capital cultural que influye en un espectro más amplio de usuarios y es una manera actual de intervenir en el espacio público.
Publicado en el diario Milenio
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