Crecen y se incrementan los intentos de los países por frenar el flujo migratorio y tal cuestión va más allá de situaciones virales como las que actualmente vivimos, porque esa actitud deriva de la crisis económica que se vive a escala global y varias naciones hacen eco de lo que dicen sus ciudadanos: poner freno a los migrantes o el flujo de indocumentados porque ellos son portadores de desgracias y son ladrones de empleos.
Esto viene a colación porque recientemente las autoridades policiales de Estados Unidos instalaron dos mil webcams a lo largo de los dos 2,000 kilómetros de la frontera entre Texas y nuestro país, con el fin de luchar contra el tráfico de drogas y el paso de indocumentados. Estos ojos digitales supervisan durante 24 horas todo movimiento que se desarrolla en el desierto, sin embargo esa cantidad de ojos artificiales tampoco cancela el uso de varios humanos porque se requiere mucho personal o televigilantes para supervisar lo que detectan las webcams. Con el fin de ahorrarse un dinero para efectuar tal labor, se requieren voluntarios para esa tarea de manera que los interesados en desempeñar la labor de comisarios y policías se deben registrar en el sitio de BlueServo (www.blueservo.net/).
Y tal parece que muchos llevan en el fondo de su corazón un gran hermano, porque se han ido registrando en el sitio una buena cantidad de personas. Así, se han mostrado dispuestos a colaborar en esta tarea alcohólicos empedernidos de Alemania y Australia, estudiantes europeos que gustan de matar el tiempo frente a un monitor, jubilados europeos que han visto dicha actividad como un buen entretenimiento, ociosos asiáticos que combinan sus labores de vigilancia con su frenesí por los videojuegos… En todo caso hay un denominador común: muestran rasgos xenofóbicos.
Cuando cada uno de estos polizontes advierta movimientos de personas en la frontera, en particular de sospechosos de ser inmigrantes, de inmediato debe remitir un correo electrónico a BlueServo, quien verifican la advertencia y procederá a desplazarse al lugar específico que reporta la cámara en cuestión y detener a quienes se hayan adentrado en territorio estadunidense. El proyecto ha tenido una serie de seguidores que van más de allá de Estados Unidos, pero parece que lo hacen por una cuestión lúdica ya que en realidad se han detenido a pocas personas y no se sabe si eso es resultado de la precaria eficacia de la tecnología o por la crítica situación económica que agobia a Estados Unidos y ya no ofrece grandes oportunidades de trabajo a los inmigrantes
Todo este afán ciudadano-planetario para que cada individuo se vuelva un perpetuo vigilante de los movimientos de los otros, nos recuerda a Foucault porque su multicitado concepto de vigilancia panóptica no está desfasado y parece tener un futuro prometedor gracias a las nuevas tecnologías vinculadas a internet que podrán convertir a muchos usuarios en fieles vigilantes de los otros y respaldados en sus actitudes xenofóbicas.
Publicado en Milenio.
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