Así se pueden describir a los días que corren en donde apenas estamos empezamos a digerir una noticia mala cuando otras de inmediato nos sacude de peor manera. No sé si a fuerza de tantas noticias de calibre tan negativo terminaremos por narcotizarnos, como ya sucede con la inseguridad y la violencia generada por el narco, pero lo cierto es que un recorte de 300 mil millones en el gasto público no es poca cosa y seguramente diversos rubros sentirán el impacto de manera notoria.
Lo que ahora sabemos es que al decir Shock Carstens no sólo reconocía que el golpe a la economía nacional no se debe exclusivamente a cuestiones globales, a algo que se originó exclusivamente en el extranjero o que México fue arrastrado sin deberla ni temerla, sino que también aquí hay causas y situaciones que no han sido atendidas. Por lo pronto la famosa reforma fiscal sigue siendo un problema, el petróleo que nos ha vuelto a sumir en una economía monoexportadora y, de paso, sin la infraestructura necesaria para poderlo explotar de mejor manera.
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