Buscar reinas y bellezas del ciberespacio no es nuevo, desde hace rato surgió el deporte de crear clones y seducciones digitales. A tal grado ha sido esto que las mismas estrellas porno han puestos sus gracias y dotes al referéndum digital para medir quien cuenta con la mayor simpatía entre los usuarios de internet. Sin embargo en el caso de Miss Digital World se intenta registrar las habilidades de los diseñadores para que den vida a una mujer que pueda ser considerada la reina del mundo 3D.
Recién acaba de concluir el sui generis concurso Miss Digital World, la triunfadora fue Katty ko, creada por el chileno Flavio Parra, quien se se ha llevado 5 mil dólares y próximamente será coronada la triunfadora en una ceremonia de la gala que se realizará en Turín en un evento que será parte de la "Conferencia 2004 de la virtualidad". El concurso fue ideada por el diseñador italiano Franz Cerami, quien convocó a todos los amantes del diseño, pero sobre todo quienes trabajan en agencias de publicidad, empresas de producción de cine y programadores digitales de juegos de video.
Según indica Cerami, a esta época le corresponde un modelo de belleza digital, algo que va acorde con estos tiempos dominados por tecnologías de información e interfases de todos los colores y sabores. Para él, este modelo de belleza digital se puede alcanzar en el concurso Miss Digital, que por otra parte se inscribe en una larga tradición de belleza dominada por lo visual, algunos de los grandes iconos de belleza que han sido eminentemente visuales son: la Venus de Milo, la Mona Lisa, Greta Garbo y Marilyn Monroe. El triunfo de Katty es la culminación de un proceso que intenta dar vida a un arquetipo de belleza digital que concite el reconocimiento de amplios sectores de usuarios de internet. Pero este concurso es difícil que logre implantar un modelo de belleza, es inconsistente y en realidad es una prueba de simpatía más que un concurso de belleza, porque el triunfo se lo llevó quien tuvo más votos y el problema es que cualquiera puede votar las veces que quiera.
La tendencia a antropomorfizar
Este concurso refleja el gusto que tenemos los humanos de antropoformizar, de aprovechar estos medios como un recurso que cotidianamente ponemos en práctica para hacer más amigable a nuestras criaturas o creaciones. Inicialmente el término aludía a la actitud de atribuir conductas humanas a los animales, pero después se aplicó a diversos objetos en los que se depositan características humanas. Un ejemplo de esto lo tenemos en los usuarios de equipos Macintosh, que les fascina ponerles nombre a su equipo para de esa manera tratar de volverlos familiares.
Pero es probable que esto pueda entenderse mejor desde el lado de la captología, la disciplina que estudia a las computadoras como tecnologías de persuasión. Bajo esta perspectiva esas modelos de belleza digital intentarían ser “entes persuasivos”, o lo que es lo mismo, medios e interfases capaces de cambiar actitudes, comportamientos y modificar el patrón de belleza femenina o bien a reforzar su actitud en quienes ya creen que la belleza digital es lo único que cuenta. Pero dichas mujeres digitales carecen de intenciones, no son “inteligentes”, como se dice en la jerga de las nuevas tecnologías, son modelos pasivos y únicamente tienen el objetivo de afectar los comportamientos, actitudes e incluso emociones de los seres humanos. Es por ello que estos simulacros de belleza son creaciones rústicas, aún están muy lejos de tener vida propia para despertar en las personas emociones y vínculos emocionales, por lo que su fuerza descansa únicamente en la fantasía de los usuarios.
Este artículo fue publicado en 5 de diciembre en el periódico Milenio.
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Recién acaba de concluir el sui generis concurso Miss Digital World, la triunfadora fue Katty ko, creada por el chileno Flavio Parra, quien se se ha llevado 5 mil dólares y próximamente será coronada la triunfadora en una ceremonia de la gala que se realizará en Turín en un evento que será parte de la "Conferencia 2004 de la virtualidad". El concurso fue ideada por el diseñador italiano Franz Cerami, quien convocó a todos los amantes del diseño, pero sobre todo quienes trabajan en agencias de publicidad, empresas de producción de cine y programadores digitales de juegos de video.
Según indica Cerami, a esta época le corresponde un modelo de belleza digital, algo que va acorde con estos tiempos dominados por tecnologías de información e interfases de todos los colores y sabores. Para él, este modelo de belleza digital se puede alcanzar en el concurso Miss Digital, que por otra parte se inscribe en una larga tradición de belleza dominada por lo visual, algunos de los grandes iconos de belleza que han sido eminentemente visuales son: la Venus de Milo, la Mona Lisa, Greta Garbo y Marilyn Monroe. El triunfo de Katty es la culminación de un proceso que intenta dar vida a un arquetipo de belleza digital que concite el reconocimiento de amplios sectores de usuarios de internet. Pero este concurso es difícil que logre implantar un modelo de belleza, es inconsistente y en realidad es una prueba de simpatía más que un concurso de belleza, porque el triunfo se lo llevó quien tuvo más votos y el problema es que cualquiera puede votar las veces que quiera.
La tendencia a antropomorfizar
Este concurso refleja el gusto que tenemos los humanos de antropoformizar, de aprovechar estos medios como un recurso que cotidianamente ponemos en práctica para hacer más amigable a nuestras criaturas o creaciones. Inicialmente el término aludía a la actitud de atribuir conductas humanas a los animales, pero después se aplicó a diversos objetos en los que se depositan características humanas. Un ejemplo de esto lo tenemos en los usuarios de equipos Macintosh, que les fascina ponerles nombre a su equipo para de esa manera tratar de volverlos familiares.
Pero es probable que esto pueda entenderse mejor desde el lado de la captología, la disciplina que estudia a las computadoras como tecnologías de persuasión. Bajo esta perspectiva esas modelos de belleza digital intentarían ser “entes persuasivos”, o lo que es lo mismo, medios e interfases capaces de cambiar actitudes, comportamientos y modificar el patrón de belleza femenina o bien a reforzar su actitud en quienes ya creen que la belleza digital es lo único que cuenta. Pero dichas mujeres digitales carecen de intenciones, no son “inteligentes”, como se dice en la jerga de las nuevas tecnologías, son modelos pasivos y únicamente tienen el objetivo de afectar los comportamientos, actitudes e incluso emociones de los seres humanos. Es por ello que estos simulacros de belleza son creaciones rústicas, aún están muy lejos de tener vida propia para despertar en las personas emociones y vínculos emocionales, por lo que su fuerza descansa únicamente en la fantasía de los usuarios.
Este artículo fue publicado en 5 de diciembre en el periódico Milenio.
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