Chats y pasiones

lunes, 18 de septiembre de 2006


Situaciones paradójicas y lúdicas, diálogos ingenuos y eróticos, acciones de ternura y violencia, posiciones cursis y alegres, insinuaciones sadomasoquistas y de ira, arrebatos de pasión y desgano, acciones llenas de ternura y torpeza... son parte de los aspectos que conforman el inagotable abanico de expresiones afectivas y emocionales que diariamente desfilan en los chats. En 1995 los chats dejaron de ser usados por un puñado de orates universitarios que los utilizaban como un robusto recurso para la diversión y ruta óptima para que la inspiración los visitara y desembocaran en dimensiones creativas de programación. Pero conforme se incrementaron los usuarios en internet, de inmediato los chats se tornaron en una ensordecedora alcoba en donde sordos, acomplejados, pederastas y lúdicos dieron rienda suelta a sus pasiones.
Los chats pasaron de ser ocasionales vías de chacoteo a una adictiva alternativa para muchos, mientras otros la vieron como una precisa instancia para transitar por derroteros diferentes y poner en marcha el ligue, por lo que hoy día ya no es descabellado decir que para un sector de usuarios es mucho más importante la red para buscar la aventura sexual que los bares, reventones, cantinas o raves.
Es moneda cambiante en la red que los individuos rompan con ataduras, sujeciones cronológicas y apariencias físicas para desnudarse de pasados y ofrecer su alma al mejor postor, de suerte que cualquier síntoma de timidez se diluye entre bits y hasta los roles se invierten trastocando la aparente y sólida psicología individual.
Este uso masivo de la red, sus apasionados diálogos, ponen de manifiesto que el ciberespacio ha sido el recurso socorrido de muchos usuarios para liberar una actitud romántica que fuera de la red sería vista como algo demodé, aunque lo cierto es que los azotados y quienes gustan de lo cursi son parte de una misma tendencia: hacer uso de la red como vía para generar dimensiones afectivas e incluso como la ruta más corta y efectiva para desembocar en vínculos eróticos partiendo de que allí hay una ventana secular a explotar.
Cada persona tiene el chat a su medida, cuestión que no se consigue a la primera de cambios ya que en muchos casos se debe deambular un buen tramo de tiempo por varios sitios para encontrar lo que va con el estilo personal e inclinaciones particulares, pero de lo que no cabe duda es que ellos no sólo terminan por conformar el mismo estilo de vida de las personas, sino que en algunos casos alteran de manera radical la existencia cotidiana de los usuarios.

Publicado en diario Milenio

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