Frenos a la pirateria

miércoles, 27 de abril de 2005

textoalternativoMeter en cintura a internet es la consigna que desde hace tiempo ha tenido la industria del entretenimiento, que achaca a dicho medio el descenso de ventas de discos y la piratería de películas. Por eso ha emprendido a lo largo del planeta una intensa campaña para frenar los llamados servicios de intercambio P2P. Recientemente se presentó en el congreso estadunidense una iniciativa impulsada por la industria discográfica llamada "Family Entertainment and Copyright Act of 2005" (FECA), la cual contempla fuertes sanciones para los usuarios de dichas redes que intercambien ficheros con algún prerelease (contenido aún no comercializado) de una melodía o un filme. Quienes lo hagan se pueden hacer acreedores hasta a tres años de cárcel y una multa máxima de 250 mil dólares.

Asimismo los directivos de la industria de la computación buscan aplicar esta medida ya que reprueban los comunicados no oficiales que pululan en la red sobre los futuros lanzamientos de sus productos. Pero si bien la FECA se propone frenar la piratería, también es incongruente considerando que la industria que desea proteger debe su éxito a la publicidad. Quienes comparten esos materiales y buscan novedades en la red suelen ser los mayores amantes de dichas expresiones y en muchos casos dicha filtración constituye una forma de hurto de la obra, pero los clips de futuros filmes o los archivos de lanzamiento de algunos discos compactos terminan también por generar una promoción de dichos productos, un interés por ellos que se traduce en un incremento considerable de sus ventas.

Frenos en todos lados
En una época de globalización los marcos jurídicos se exportan y se intenta que el grueso de países se rijan por los mismos criterios legales, por lo cual no es raro que dentro de poco tales medidas se estén aplicando en nuestro entorno. Sin embargo, el problema es que con eso se pueden ver afectadas novedosas formas de expresión como el podcasting.
Por podcasting se hace alusión a la creación que hace cualquier usuario de archivos de audio, generalmente en MP3, que permite a los interesados en los mismos suscribirse para descargarlos y escucharlos en el momento que desee. Es una nueva forma de llevar un diario personal, pero también hace posible efectuar revistas habladas en donde se abordan los más disímbolos temas. Lo más interesante del podcasting es haber convertido a cualquier usuario en un potencial difusor de sus ideas que puede aderezarlas con música, de suerte que ha dado vida a una especie de radios ambulantes que terminan por ser una nueva forma de difusión de música consumida por determinadas tribus juveniles y grupos acotados. Sin olvidar que a varios periodistas les ha entrado el gusto por el podcasting y lo usan para opinar sobre diversos aspectos.
La industria del entretenimiento y las gestoras de derechos de autor apuestan por leyes que penalicen el intercambio de contenidos en lugar de repensar sus modelos de negocio y adecuarlos a las nuevas tecnologías. En el caso del podcasting, es una forma original en que los usuarios cultivan y multiplican su ego, o una de las emergentes maneras en que diversos sectores juveniles hacen cultura y redefinen con sus prácticas e inclinaciones el mercado del entretenimiento. Por lo mismo, en vez de frenar dicha actividad con rígidos marcos de propiedad intelectual, es una enorme ventana para visualizar los nichos de entretenimiento que se gestan entre los jóvenes y que la industria no se percata de su riqueza y lo redituable que puede ser para ella misma.
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1 comentarios:

Anónimo dijo...

El arte (música, video, gráficos, etc) debe ser gratuito. Comercializar con una obra grabada es una muestra mas de la total capitalización que sufre la humanidad. ¿Cómo vendes una serie de notas? ¿Cómo vendes un collar de conchas, de perlas? No cuadra. No cuadra definitivamente. La industria recibió un revés y de los buenos por que ahora no solo pueden ser obras extraidas de las disqueras más elitistas sino que también, si se está tan inclinado, obras de autores caserones o "garage mades" las que circulan. Es un intercambio justo, popular y adecuado para, ahora sí, compartir entre todos las virtudes de todos (o de unos cuantos) de manera uniforme (sin mencionar la necesidad de una máquina con acceso a internet).

Estoy de acuerdo con la pirateria y más que todo con el intercambio de media. Yo me he valido de ese mercado para poder dar a conocer mi música y próximamente videos (Cortos, etc). Es una alternativa justa para todos y equivalente casi casi al antiguo sistema de trueque. Se debería abordar este tema con la conciencia de una posible equidad y pensando en que el arte es para todos.

 
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