La relación entre inventos humanos y adicciones no es nueva ya que en cuanto estos se masifican aparecen también sus usos obsesivos. Recientemente un estudio ha indicado que las manías y adicciones derivadas del uso de las computadoras, la telefonía celular y el ciberespacio se han extendido en los ámbitos laborales. La investigación efectuada por el área de psicología de la Universidad de Londres, por encargo de la empresa Hewlett Packard, indica que las personas en vez de concentrarse en su trabajo viven obsesionadas por los mensajes que arriban a su correo electrónico o las llamadas entrantes a su celular.
Cuando una nueva tecnología se masifica se multiplican los estudios y los enfoques para analizar su consumo, por lo que no es extraño que terminen en conclusiones opuestas. Pero a pesar de que sus resultados no sean coincidentes, buena parte de ellos cumplen con los requisitos científicos para ser considerados serios; aunque algunos sólo ofrecen una oposición aparente, porque son en realidad complementarios.
No faltan quienes dicen que la investigación eleva la autoestima de cualquier consumidor de drogas, porque las ubican como menos dañinas que la adicción a la tecnología, que además hace trizas el coeficiente intelectual de las personas. El estudio ha pasado prácticamente por las redacciones de todos los medios de comunicación en el planeta y se ha vuelto un suculento alimento para los estudiosos de la conducta humana. Aunque lo interesante del mismo es que no caminan a contracorriente de las creencias establecidas y supuestamente constatadas en otras indagaciones en el campo de las emergentes tecnologías de la comunicación.
Excesos y efectos
La mayoría de los estudios han enfatizado que las nuevas tecnologías contribuyen a la mejora de la labor profesional. Se dice que el correo electrónico, por ejemplo, hace mucho más flexible la comunicación entre los trabajadores de una misma empresa, que permite reorganizar la vida afectiva al tener la posibilidad de estar más cerca de amigos y familiares. Pero tal vez por ello no extrañen los resultados del estudio. En realidad se llama adicción a la multiplicación de esta tendencia: el estudio indica que un 10 por ciento de los empleados en vez de dedicarse a trabajar o hacer que las herramientas tecnológicas de punta les sirvan para potenciar sus actividades laborales, terminan por usarlas únicamente para comunicarse con amigos y familiares.
Por supuesto que el exceso de interés por los contactos y por el uso de las tecnologías que lo posibilitan tiene efectos negativos. Pero la fiebre por el envío de mensajes de texto por el celular o el uso compulsivo del correo electrónico en realidad más que dejar al coeficiente intelectual de los usuarios por los suelos, afecta a las empresas en donde ellos trabajan y en último caso a los mismos empleados que en muchas ocasiones son despedidos de su trabajo.
A pesar de que esta encuesta tiene contradicciones, se rescata que el uso de internet y la fiebre por los mensajes cortos modifican las relaciones humanas, aunque es factible que muchos de los “efectos perniciosos”, detectados por dicha indagación, sean el reflejo del incremento de tales situaciones. Debido a que las interfaces nos rodean y combinan o unen trabajo, y entretenimiento, y al mismo tiempo desdibujan las distancias y multiplican los afectos, es probable que esa tendencia “adictiva”, dibujada por los investigadores de la Universidad de Londres, siga multiplicándose.
Publicado en el diario Milenio, 1 de mayo 2005.
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Cuando una nueva tecnología se masifica se multiplican los estudios y los enfoques para analizar su consumo, por lo que no es extraño que terminen en conclusiones opuestas. Pero a pesar de que sus resultados no sean coincidentes, buena parte de ellos cumplen con los requisitos científicos para ser considerados serios; aunque algunos sólo ofrecen una oposición aparente, porque son en realidad complementarios.
No faltan quienes dicen que la investigación eleva la autoestima de cualquier consumidor de drogas, porque las ubican como menos dañinas que la adicción a la tecnología, que además hace trizas el coeficiente intelectual de las personas. El estudio ha pasado prácticamente por las redacciones de todos los medios de comunicación en el planeta y se ha vuelto un suculento alimento para los estudiosos de la conducta humana. Aunque lo interesante del mismo es que no caminan a contracorriente de las creencias establecidas y supuestamente constatadas en otras indagaciones en el campo de las emergentes tecnologías de la comunicación.
Excesos y efectos
La mayoría de los estudios han enfatizado que las nuevas tecnologías contribuyen a la mejora de la labor profesional. Se dice que el correo electrónico, por ejemplo, hace mucho más flexible la comunicación entre los trabajadores de una misma empresa, que permite reorganizar la vida afectiva al tener la posibilidad de estar más cerca de amigos y familiares. Pero tal vez por ello no extrañen los resultados del estudio. En realidad se llama adicción a la multiplicación de esta tendencia: el estudio indica que un 10 por ciento de los empleados en vez de dedicarse a trabajar o hacer que las herramientas tecnológicas de punta les sirvan para potenciar sus actividades laborales, terminan por usarlas únicamente para comunicarse con amigos y familiares.
Por supuesto que el exceso de interés por los contactos y por el uso de las tecnologías que lo posibilitan tiene efectos negativos. Pero la fiebre por el envío de mensajes de texto por el celular o el uso compulsivo del correo electrónico en realidad más que dejar al coeficiente intelectual de los usuarios por los suelos, afecta a las empresas en donde ellos trabajan y en último caso a los mismos empleados que en muchas ocasiones son despedidos de su trabajo.
A pesar de que esta encuesta tiene contradicciones, se rescata que el uso de internet y la fiebre por los mensajes cortos modifican las relaciones humanas, aunque es factible que muchos de los “efectos perniciosos”, detectados por dicha indagación, sean el reflejo del incremento de tales situaciones. Debido a que las interfaces nos rodean y combinan o unen trabajo, y entretenimiento, y al mismo tiempo desdibujan las distancias y multiplican los afectos, es probable que esa tendencia “adictiva”, dibujada por los investigadores de la Universidad de Londres, siga multiplicándose.
Publicado en el diario Milenio, 1 de mayo 2005.
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1 comentarios:
bueno, me agradó tu artículo sobre las adicciones,ya que soy un estudiante de comunicación, ya casi egresado de Baja California y me mantengo en la red al menos unas 14 o 16 horas al día.
Pero el proposito de este mensaje es para invitarte como coolaborador de mi nuevo blog,http://www.aniquilnacion.blogspot.com, que es un blog público para que la gente pueda jugar un rol, el motivo de esto es poder desarrollar una historia a partir de los post, para realizarla en cine o video.
de antemano gracias y seguire leyendote.
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