La digitalización en México

miércoles, 25 de junio de 2025

La última Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2024 del INEGI revela un panorama contradictorio. Por un lado, el país avanza a pasos firmes en la senda de la conectividad, pero por otro, el aprovechamiento productivo de la red sigue siendo un desafío pendiente, una promesa incumplida que se queda en el aire como lo que acontece con los buenos deseos. Por un lado es innegable que de forma constante se ha ido avanzando en materia de conectividad, pero también es una realidad que el uso de la red para impulsar al pequeño y mediano empresariado sigue siendo otro pendiente, que como es costumbre se dirá que es algo que se subsanará muy pronto, con las nuevas políticas que impulsará el gobierno en turno. 

En la medida que las zonas urbanas han alcanzado la mayor penetración en materia de conexión, los porcentajes bajos de usuarios se sienten en el terreno rural, que cuentan con el 68.5% de penetración de internet. En tal sentido, si bien en México en este momento tenemos un poco más de 100 millones de personas conectadas a internet, las cuales con distintas intensidades y tiempos de uso se definen como usuarias de la red y de lo digital, existe un sector que todavía no tiene esa posibilidad. En suma, el 83.1% de la población de seis años ya está conectada en nuestro país y se mantiene una penetración anual de 3.3%.

De acuerdo con el Digital Report 2025, los cinco primeros países del orbe que tienen las mayores tasas de conexión a internet son Dinamarca, Países Bajos, Noruega, Arabia Saudita y Suiza que alcanzan o superan el 99% de la población. En lo que se refiere a nuestra región latinoamericana las cinco naciones que tienen mayor conexión son Bahamas (94.3%),  Antigua y Barbuda (92.3%), Chile (92.0%), Uruguay (91.0%) y Costa Rica (90.2%). México se encuentra en el séptimo puesto.

Dicho eso, también debe considerarse que es prácticamente imposible que una nación logre que el total de su población se conecte a internet, no solo porque a veces puede resultar complicado franquear los impedimentos geográficos y tecnológicos para llevar la conexión a grupos humanos aislados, sino también porque existen factores culturales, al grado que comunidades o individuos pueden rechazar la tecnología por motivos culturales o simples concepciones ideológicas; y también están las limitaciones en el acceso por aspectos de control político, como acontece con países con censura. Sin embargo, en materia de brechas, pues, no es lo mismo las que se definen por voluntad propia y las que son impuestas por la carencia de políticas e infraestructura tecnológica. Y lo referimos porque aproximadamente 10% de la población en nuestro país no usa internet por falta de conocimientos, y el 18.8% no lo hace por razones como inaccesibilidad económica o falta de contenido relevante.

Un dato que define los hábitos de conexión y consumo de internet tiene que ver desde dónde se conectan las personas, que lo hacen mayoritariamente desde el teléfono celular. Lo que sigue siendo ya una especie de marca de calidad de los mismos usuarios de las nuevas tecnologías, esto porque no se puede soslayar que existe una clara disparidad en el acceso a computadoras, con apenas 43.9% de los hogares que disponen de algún equipo de cómputo, o lo que es lo mismo: solo el 36% de la población usa computadoras, una cifra muy baja y reflejo no solo de la preferencia por conectarse vía dispositivos móviles, sino también evidencia de usuarios con una mala gestión, o de calidad en el uso de las nuevas tecnologías, ya que por más multitareas que puedan ser una persona la verdad es que un smartphone tiene limitaciones respecto a la versatilidad de tareas que se pueden llevar a cabo en una computadora.

Esa penetración y peso de los smartphones se refleja en que el 97.2% de las personas conectadas a internet lo hagan gracias a tales dispositivos. Ello no solo refiere de una inclinación por el uso del móvil como un metamedio de conexión y comunicación, sino también de desafíos en términos de ciberseguridad y de la misma alfabetización tecnológica que es precaria. Celulares y edad van junto con pegado: no extraña que los jóvenes de 18 a 24 años lideren con un 96.7% de adopción de celulares.

En términos generales, se puede decir que los usos productivos de internet y de la digitalización nacional son una realidad: domina el uso recreativo (interacción, redes sociales, entretenimiento) frente a actividades como banca en línea (27.3%) o educación. Esto refleja una adopción superficial de dichos insumos tecnológicos. El bajo uso de computadoras —ya señalado y que vale la pena recalcar— (36%) y el acceso limitado en sitios públicos sugieren una dependencia excesiva de smartphones, lo que puede limitar tareas complejas o profesionales. En términos generales hay una precaria alfabetización digital reflejada en la falta de habilidades tecnológicas, que se tornan en una barrera clave, especialmente entre adultos mayores y poblaciones rurales, lo que perpetúa la exclusión digital. Por otra parte, el incremento del uso de smartphones plantea desafíos en términos de seguridad digital y salud derivada del uso prolongado de este tipo de dispositivos móviles.

Pero no faltamos a la verdad al decir que la ENDUTIH se ha ido estancando. Hace falta que profundice en aspectos que han adquirido relevancia en los últimos tiempos. Por ejemplo, no se aborda el efecto de las nuevas tecnologías en educación, teletrabajo o cuestiones de emprendimiento, lo que limita su utilidad para diseñar políticas públicas específicas. De igual manera, no se exploran suficientemente las razones detrás del bajo uso de banca en línea o comercio electrónico, como la desconfianza o la falta de infraestructura financiera. Otra limitante es que si bien se incorporaron preguntas relativas a streaming y dispositivos inteligentes, la encuesta no aborda tecnologías emergentes como inteligencia artificial, internet de las cosas (IoT) o 5G, que también se consideran cruciales para la transformación digital.

En fin, que la ENDUTIH 2024 con sus claros y oscuros es una herramienta de auxilio, de conocimiento del mapa digital nacional, pero sí con limitaciones en su profundidad y alcance respecto a tecnologías emergentes y usos productivos. Asimismo, en el contexto del reciente día de internet y de la sociedad de la información, sus datos adquieren relevancia, pero también en el marco de una nefasta reforma de telecomunicaciones que ha puesto en marcha el gobierno actual.

@tulios41

Publicado en La Jornada Morelos


0 comentarios:

 
Creada por laeulalia basada en la denim de blogger.