Prensa y libertad

lunes, 19 de mayo de 2008


Libertad, censura y autocensura son tres aspectos que se dan la mano de manera recurrente en internet. Ciertos países se abrieron desde el principio a internet por vocación democrática, otros no sabían de sus implicaciones y cuando quisieron frenar su flujo informativo se dieron cuenta que ya no podían hacerlo, algunos en cambio desde el inicio le cerraron las puertas a la libertad de expresión en la red.
A lo largo de nuestro continente el tratamiento que se le da a internet es desigual, por ejemplo en México no existe control por parte de las autoridades de los contenidos, a pesar de que han habido diversos intentos por avanzar en tal sentido poco se ha concretado, aunque sí tenemos una policía cibernética. Sin embargo, no puede pasar desapercibido que desde hace tiempo se han puesto de moda en nuestro entorno los sitios que calumnian, difaman e incluso incitan al odio o los que defraudan a usuarios, para lo cual no contamos con un mecanismo legal que regule tales situaciones.
Aunque aislados, también están los casos de bloqueos a sitios por parte de las empresas que prestan el servicio de conexión, que los dejan fuera de circulación temporal o definitivamente.
El caso de China es interesante porque en fechas recientes se ha empezado a dar un intenso y fuerte ataque a diversos sitios de ese país para pedir la independencia del Tíbet que desde 1950 empezó a sufrir el proceso de invasión del ejército chino que obligó a que el Dalai Lama abandonara esa nación en 1959.
No solo se atacan los sitios chinos en solidaridad con los tibetanos, sino que se apela a un boicot de las olimpiadas a efectuarse en agosto, recalcando al mismo tiempo que desde marzo pasado se expulsó a todos los periodistas del Tíbet por la represión desatada contra la población. Justo por eso una de las tareas de la ciberpolicía china creada en agosto de 2007 es, precisamente, desactivar cualquier ataque a sitios chinos relacionados con la independencia del Tíbet. La ciberpolicía bloquea de inmediato cualquier dirección IP relacionada con un sitio considerado indeseable.

Pero también en nuestro continente tenemos algunos ejemplos de intentos de control de la red. Uno de ellos es Brasil que cuenta con la mayor cantidad de usuarios en el subcontinente sudamericano, más de 22 millones, además de contar con una vigorosa comunidad de blogueros, en sus sitios existen una gran diversidad de contenidos que van desde la difusión de las culturas locales hasta sitios que son una vitrina para dar a conocer las preferencias sexuales. Sin embargo, en esa nación se ha hablado ya de regular la red, en particular a partir de que cada vez es más frecuente que el sitio de videos YouTube reciba cualquier tipo de contenido, por lo que las autoridades brasileñas se han propuesto controlar el acceso a dichos sitios así como a los de redes sociales tipo Orkut, el equivalente en Brasil de Facebook, incluso algunas de esas redes se han visto requeridas judicialmente por difundir contenidos racistas.
Estos ejemplos advierten de la necesidad de normar internet, no sólo para frenar los atropellos de personas contra cualquier usuario, sino contra también con el fin de proteger los datos personales, un aspecto vital si se toma en consideración el crecimiento explosivo de usuarios que difunden contenidos en la red, por lo que es pertinente contar con marcos normativos que protejan el ejercicio tanto de periodistas como de usuarios.

Publicado en el diario Milenio

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