Internet parece unir ideas y pensamientos a la velocidad de la luz. El proceso de digitalización fomentado por el ciberespacio ha permitido que se distribuyan y mundialicen en unos cuantos segundos los contenidos más diversos. Un ejemplo destacado son los contenidos políticos de distintas organizaciones civiles que se encadenan y socializan a escala global. Desde los años setenta se presenta el uso de las redes electrónicas por parte de los organismos civiles, en medio del olor a contracultura y revuelta hippie se dieron los primeros usos civiles de las redes electrónicas en la ciudad de San Francisco. Sin embargo, fue hasta 1988 que su utilización por parte de organismos civiles latinoamericanos tuvo resonancia al reflejarse como instrumento de demanda y presión civil organizada.
El 22 de diciembre de 1988 fue asesinado en el estado brasileño de Acre el activista Francisco "Chico" Mendes, quien fue acribillado por los pistoleros de los caciques Darly Alves da Silva y Darci Alves Pereira, padre e hijo respectivamente, propietarios de más de 30 mil hectáreas y taladores de la selva. A pesar de los precarios medios de comunicación en la zona bastó no menos de una hora para que el hecho estuviera en las redacciones de los periódicos de Río de Janeiro y Sao Paulo. A través de un telefonazo la noticia llegó al Instituto brasileño de análisis sociales y económico Ibase, (www.ibase.org.br), una ONG que contaba con el servicio de correo electrónico, quien enseguida difundió la noticia a través de ese medio a distintas organizaciones civiles ecológicas distribuidas en el planeta, quienes de inmediato presionaron al gobierno brasileño para que castigara a los asesinos. En pocas horas el gobierno brasileño recibía telegramas y llamadas telefónicas de varias ONGs de diferentes países exigiendo la captura de los asesinos.
Esta relación entre la red y la sociedad civil se ha ido nutriendo con el correr de los años, al grado que hoy día se discute con fuerza el tema de la democracia electrónica. Las organizaciones civiles en el ciberespacio han sido fundamentales para entender que internet y la tecnología de la información en general no son neutrales y que de ninguna manera una mayor cantidad de información es por sí misma sinónimo de mayor democracia. El caso de Chico Mendes es importante porque se dio justo en el momento que la red era un medio usado por un puñado de entusiastas y “orates” que pensaban que el uso de las redes electrónicas cambiaría las relaciones sociales y daría paso a una nueva era de participación ciudadana. Hoy sabemos que ellas no son sólo la continuación, como algunos dicen, del espacio público surgido con el Siglo de las Luces, sino que también son cajas de resonancia de prácticas deleznables y profundamente antidemocráticas. Sin embargo, eso no impide que cada cierto tiempo aparezcan ejemplos de cómo este emergente medio de comunicación también ayuda a la tan invocada construcción de la ciudadanía y la ampliación de la democracia.
Publicado en Milenio diario.
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