La red, se dice con frecuencia, es de todos, nadie es dueño de la misma. Pero una porción significativa de la infraestructura que la hace posible es propietaria y por ende está sujeta a intereses económicos y/o políticos. Y ese carácter que reviste el desempeño de la red se refleja al momento de abordar temas como la infraestructura que la hace factible, los nombres de dominio, el acceso a internet, la diversidad en contenidos que lo habitan, etcétera.
Existe una fuerte demanda por que se conformen instancias internacionales para adoptar decisiones que afectan todos los usuarios de la red de redes, como las relacionadas con los nombres de dominio, que permiten identificar los sitios y el país en que fueron registrados.
En diferentes foros internacionales se hace alusión a la necesidad de encarar el papel de la administración del sistema de dominios que actualmente recae en la Icann (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números), organismo vinculado al Departamento de Comercio de Estados Unidos. Lo contradictorio es que dicha instancia “regula” una infraestructura que es de carácter internacional y con aspiraciones completamente globales.
Es una cuestión pendiente que muchos gobiernos, especialmente el de Estados Unidos, y órganos vinculados a internet no les interesa afrontar; alegan que tal como está funciona perfectamente. La verdad es que al ser de patrimonio global, al afectar directamente a muchas naciones, empresas, gobiernos, ciudadanos, ONGs, etcétera, es necesario internacionalizar sus decisiones para que ningún país tenga su control o se preste a suspicacias.
Con frecuencia se alude a que la Icann funciona como una especie de adminitrador de dominios, lo que se deriva de una visión distorsionada de que se trata de un órgano “técnico”. Pero muchas de sus decisiones son eminentemente políticas. Este caparazón le sirve a muchos de sus miembros de pretexto para dispensar su papel político o su carácter de ente regulador.
Un ejemplo de esto, fue la fallida tentativa de crear un dominio para sitios de pornografía, el “.xxx”, que fue rechazada por el grueso del consejo de la Icann en marzo del año en curso. Esa fue una clara muestra de que la decisión se ejerció sobre el contenido de intenet y no sobre una cuestión técnica. Eso supera el papel de regulador que debe jugar la Icann, que se vuelve regulador de contenidos del ciberespacio.
Publicado en diario Milenio.
Existe una fuerte demanda por que se conformen instancias internacionales para adoptar decisiones que afectan todos los usuarios de la red de redes, como las relacionadas con los nombres de dominio, que permiten identificar los sitios y el país en que fueron registrados.
En diferentes foros internacionales se hace alusión a la necesidad de encarar el papel de la administración del sistema de dominios que actualmente recae en la Icann (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números), organismo vinculado al Departamento de Comercio de Estados Unidos. Lo contradictorio es que dicha instancia “regula” una infraestructura que es de carácter internacional y con aspiraciones completamente globales.
Es una cuestión pendiente que muchos gobiernos, especialmente el de Estados Unidos, y órganos vinculados a internet no les interesa afrontar; alegan que tal como está funciona perfectamente. La verdad es que al ser de patrimonio global, al afectar directamente a muchas naciones, empresas, gobiernos, ciudadanos, ONGs, etcétera, es necesario internacionalizar sus decisiones para que ningún país tenga su control o se preste a suspicacias.
Con frecuencia se alude a que la Icann funciona como una especie de adminitrador de dominios, lo que se deriva de una visión distorsionada de que se trata de un órgano “técnico”. Pero muchas de sus decisiones son eminentemente políticas. Este caparazón le sirve a muchos de sus miembros de pretexto para dispensar su papel político o su carácter de ente regulador.
Un ejemplo de esto, fue la fallida tentativa de crear un dominio para sitios de pornografía, el “.xxx”, que fue rechazada por el grueso del consejo de la Icann en marzo del año en curso. Esa fue una clara muestra de que la decisión se ejerció sobre el contenido de intenet y no sobre una cuestión técnica. Eso supera el papel de regulador que debe jugar la Icann, que se vuelve regulador de contenidos del ciberespacio.
Publicado en diario Milenio.
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