Movidos y llenos de angustia han sido estos días en Cuernavaca, en donde lo evidente se hizo realidad. Morelos es una zona que desde tiempo atrás, al menos desde Carrillo Olea, es refugio de grandes capos del narcotráfico. Las administraciones de Carrillo Olea, de Estrada Cajigal y de Marco Antonio Adame están vinculadas o han dado protección a los narcotraficantes. Para los cuernavacenses estos días han vuelto a hacer evidente lo que ya sabían: Beltrán Leyva tenía su centro operativo en la capital morelense y se le brindaba protección.
No deja de ser curiosa la manera en que la marina presentó a través de videos y fotografías la detención de Arturo Beltrán Leyva, que fue mostrado como un glorioso trofeo y ridiculizado con los pantalones bajados y la fabricación de un montaje exhibiendo su cuerpo lleno de billetes ensagrentados. Grotesca forma de querer enviar mensajes y de establecer dedicatorias, por lo visto aprendidas de los mismos narcos que lo hacen recurrentemente en sus ajustes de cuentas, y en sus métodos de humillación, pero que vulneran elementales derechos que tienen hasta los mismos narcotraficantes.
Para que Beltrán Leyva haya edificaco su reinado en Morelos, para que se haya refugiado desde hace tiempos en estas tierras, quiere decir que siempre contó con la complicidad de las autoridades, que fueron ellas quienes les dieron protección sistemática. No es posible que el 11 de diciembre se escapara de un operativo en Puebla, en donde tuvo que huir y tomar una vioneta que poco después lo depositó sano y salvo en el aeropueto Mariano Matomoros, en Cuernavaca, pero dos días después en la noche estuvo presente en una fiesta en el fraccionamiento Los Limoneros, en Ahuatepec, en donde nuevamente logró escaparse. Todo eso fue posible gracias a la complicidad de diversos funcionarios, que siempre alertaban al capo.
Ahora que ha sido liquidado Beltrán Leyva, es necesario que también veamos detenidos de la actual administración en Morelos, de funcionarios que están involucrados en darle protección al otrora capo, porque no es posible que todo se centre en sus sicarios y sus operadores, pero no se actue contra los funcionarios estatales y/o federales correspondientes.
Tampoco deja de ser curiosa la manera en que al final se dio con el domicilio de Beltrán Leyva, en donde por cierto radican también funcionarios y políticos importantes de la entidad. De su huida de Puebla resultó herido de un brazo, pero después de huir nuevamente el día viernes 11 de dicembre en Ahuatepec, al día siguiente se trasladó a curar sus heridas en el hospital público José G. Parres, que está enfrente de los edificios Altitude en donde vivía Beltrán Leyva, pero lo increíble es que al momento de su registro proporcionara su verdadero domicilio, o que acudiera a dicho hospital en donde seguramente los médicos se percataron de que tenía una herida causada por armas de fuego.
Y uno se pregunta si detrás de la ubicación del domicilio de Beltrán Leyva estuvo realmente mucha investigación o mucha inteligencia, o si no fue más bien el descuido o prepotencia del capo lo que lo llevó a saltarse las más elementales normas de precaución. No es posible que que no contara con sus propio equipo médico y en dado caso de haber acudido a un nosocomio público, cómo fue posible que se balconeara dando su propio domicilio. En fin, dudas y cuestiones que nos hacen ver que tan de carne y hueso son estos grandes capos que cometen yerros y equivocaciones, que si hubiera un poquito más de inteligencia en las fuerzas armadas haría mejores cosas.
Pero lo que se reafirma, después de ver los muertos ocasionados por el fin de Beltrán Leyva, que la lucha emprendida por el gobierno mexicano no es la adecuada. Nadie pone en cuestionamiento que el narcotráfico es un mal que debe combatirse, que es un problema que va más allá de la salud pública ya que toca la misma economía y la seguridad nacional amén de que corrompe el funcionamiento de la sociedad. Sin embargo, el camino seguido no ha sido el adecuado, en medio de la voragine propagandística que el Estado ha emprendido, se quiere hacer caso omiso al incesante incremento de fallecidos, que llegarán en esta anualidad probablemente a cuatro mil, pero no ha habido evidencias que se haya frenado a los cárteles pero sí dado vida a una espiral de violencia. No se puede estar a favor de que tales grupos delincueciales sigan haciendo de las suyas, pero tampoo se puede estar de acuerdo con una estrategia que termina por llevar al panteón a inocentes y no frena realmente la cultura del narcotráfico y deja intacta la estructura financiera de los carteles.
Por cierto en estos días que se dio el ataque a la guarida de Beltrán Leyva, Twitter se tornó en una forma de dar seguimiento a este suceso y de compartir puntos de vista, que permitió reproducir diversos contenidos, pero también demostró que es refugio para la suposiciones, como por ejemplo el 18 de diciembre por la noche, cuando se volvieron a efectuar cateos en diversas partes de Cuernavaca y Jiutepec, que concluyó con la detención de tres personas más que operaban con los Beltrán Leyva, algunos usuarios de Twitter comentaron a posterar que se había detenido en la colonia Antonio Barona a Édgar Valdez Villarreal, La Barbie. De inmediato varios reenviaron ese comentario sin verficar si era cierto o, por ejemplo, que se había detenido a Juan Carlos Valencia, Director General del Organismo de Cuenca Balsas de la CONAGUA, cuando en realidad era una homónimo de él. Eso nos demuestra que debemos de tener cuidado, que debemos ser cautos al hacer un retuit o al propagar una noticia y que este medio no escapa a las reglas básicas que deben regir el periodismo, la contrastación y verificación de lo que se propaga.
No deja de ser curiosa la manera en que la marina presentó a través de videos y fotografías la detención de Arturo Beltrán Leyva, que fue mostrado como un glorioso trofeo y ridiculizado con los pantalones bajados y la fabricación de un montaje exhibiendo su cuerpo lleno de billetes ensagrentados. Grotesca forma de querer enviar mensajes y de establecer dedicatorias, por lo visto aprendidas de los mismos narcos que lo hacen recurrentemente en sus ajustes de cuentas, y en sus métodos de humillación, pero que vulneran elementales derechos que tienen hasta los mismos narcotraficantes.
Para que Beltrán Leyva haya edificaco su reinado en Morelos, para que se haya refugiado desde hace tiempos en estas tierras, quiere decir que siempre contó con la complicidad de las autoridades, que fueron ellas quienes les dieron protección sistemática. No es posible que el 11 de diciembre se escapara de un operativo en Puebla, en donde tuvo que huir y tomar una vioneta que poco después lo depositó sano y salvo en el aeropueto Mariano Matomoros, en Cuernavaca, pero dos días después en la noche estuvo presente en una fiesta en el fraccionamiento Los Limoneros, en Ahuatepec, en donde nuevamente logró escaparse. Todo eso fue posible gracias a la complicidad de diversos funcionarios, que siempre alertaban al capo.
Ahora que ha sido liquidado Beltrán Leyva, es necesario que también veamos detenidos de la actual administración en Morelos, de funcionarios que están involucrados en darle protección al otrora capo, porque no es posible que todo se centre en sus sicarios y sus operadores, pero no se actue contra los funcionarios estatales y/o federales correspondientes.
Tampoco deja de ser curiosa la manera en que al final se dio con el domicilio de Beltrán Leyva, en donde por cierto radican también funcionarios y políticos importantes de la entidad. De su huida de Puebla resultó herido de un brazo, pero después de huir nuevamente el día viernes 11 de dicembre en Ahuatepec, al día siguiente se trasladó a curar sus heridas en el hospital público José G. Parres, que está enfrente de los edificios Altitude en donde vivía Beltrán Leyva, pero lo increíble es que al momento de su registro proporcionara su verdadero domicilio, o que acudiera a dicho hospital en donde seguramente los médicos se percataron de que tenía una herida causada por armas de fuego.
Y uno se pregunta si detrás de la ubicación del domicilio de Beltrán Leyva estuvo realmente mucha investigación o mucha inteligencia, o si no fue más bien el descuido o prepotencia del capo lo que lo llevó a saltarse las más elementales normas de precaución. No es posible que que no contara con sus propio equipo médico y en dado caso de haber acudido a un nosocomio público, cómo fue posible que se balconeara dando su propio domicilio. En fin, dudas y cuestiones que nos hacen ver que tan de carne y hueso son estos grandes capos que cometen yerros y equivocaciones, que si hubiera un poquito más de inteligencia en las fuerzas armadas haría mejores cosas.
Pero lo que se reafirma, después de ver los muertos ocasionados por el fin de Beltrán Leyva, que la lucha emprendida por el gobierno mexicano no es la adecuada. Nadie pone en cuestionamiento que el narcotráfico es un mal que debe combatirse, que es un problema que va más allá de la salud pública ya que toca la misma economía y la seguridad nacional amén de que corrompe el funcionamiento de la sociedad. Sin embargo, el camino seguido no ha sido el adecuado, en medio de la voragine propagandística que el Estado ha emprendido, se quiere hacer caso omiso al incesante incremento de fallecidos, que llegarán en esta anualidad probablemente a cuatro mil, pero no ha habido evidencias que se haya frenado a los cárteles pero sí dado vida a una espiral de violencia. No se puede estar a favor de que tales grupos delincueciales sigan haciendo de las suyas, pero tampoo se puede estar de acuerdo con una estrategia que termina por llevar al panteón a inocentes y no frena realmente la cultura del narcotráfico y deja intacta la estructura financiera de los carteles.
Por cierto en estos días que se dio el ataque a la guarida de Beltrán Leyva, Twitter se tornó en una forma de dar seguimiento a este suceso y de compartir puntos de vista, que permitió reproducir diversos contenidos, pero también demostró que es refugio para la suposiciones, como por ejemplo el 18 de diciembre por la noche, cuando se volvieron a efectuar cateos en diversas partes de Cuernavaca y Jiutepec, que concluyó con la detención de tres personas más que operaban con los Beltrán Leyva, algunos usuarios de Twitter comentaron a posterar que se había detenido en la colonia Antonio Barona a Édgar Valdez Villarreal, La Barbie. De inmediato varios reenviaron ese comentario sin verficar si era cierto o, por ejemplo, que se había detenido a Juan Carlos Valencia, Director General del Organismo de Cuenca Balsas de la CONAGUA, cuando en realidad era una homónimo de él. Eso nos demuestra que debemos de tener cuidado, que debemos ser cautos al hacer un retuit o al propagar una noticia y que este medio no escapa a las reglas básicas que deben regir el periodismo, la contrastación y verificación de lo que se propaga.
1 comentarios:
En medio de putas, dinero a raudales, recursos, arsenales y al aprecer lo único que le interesaba al capo era rezar y jugar con su xbox...el sueño no va más allá de acercar lo fantástico a una realidad que no tiene nada de extraordinaria, más allá de las masacres, de los corridos, de las interminables líneas de coca o las infinitas filas de putas caras; la fé en lo fantástico está más que presente, es omnisciente...y todo en un departamento con la veladora prendida y el xbox a todo lo que da...
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