Recientemente el gobierno de la ciudad de México acaba de empezar a ofrecer conexión inalámbrica gratuita en el Centro Histórico. Según refiere el secretario de gobierno capitalino, José Ángel Ávila Pérez, éste es el primer paso para ir extendiendo paulatinamente el servicio a toda la ciudad de México, la cual estiman que deberá quedar totalmente enlazada a internet a fines del año que corre.
Si bien no es la primera ciudad en nuestro país que ofrece el servicio de internet gratuito, ya que por ejemplo ciudades como Nayarit o Saltillo ya lo hacen, lo cierto es que adquiere importancia por ser la capital del país y por la cantidad de personas que potencialmente puede alcanzar el servicio. Lo interesante de este proyecto está en que de esa manera se intenta también reducir la brecha digital en la ciudad de México. Sin embargo antes de que esto sea una realidad el servicio deberá de sortear aspectos no sólo técnicos, sino sobre todo políticos y legales contra los gigantes de la telecomunicación que ofrecen el servicio de conexión a internet. Para tener una imagen más clara de esto hace falta conocer varios pormenores, entre ellos el costo de este servicio y de dónde se obtendrán los recursos.
Lo que es un hecho es que no se puede soslayar que internet es un medio vital no solo para las cuestiones productivas, educativas, sino también hasta para hacer trámites y pagos de servicios ofrecidos por el gobierno y que seguramente es un aspecto que piensa cubrir el gobierno capitalino. Esta medida es importante porque el país se rezaga en el uso de dicha tecnología, como lo expresó recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), quien refiere que México es la cuarta nación más cara en el acceso de banda ancha. Amén de que México se encuentra entre los países con menores velocidades de acceso a los servicios de banda ancha, en la posición 27 de los 30 países analizados, con una tasa máxima de 4.096 Mbps. Y seguramente los costos y las desiguales condiciones económicas y sociales del país terminan por repercutir en el número de usuarios de banda ancha en México, ya que es el último de los 30 que integran la OCDE, con 4.5 usuarios por cada 100 habitantes.
Pero tal vez lo más importante es que no es suficiente con la conexión para reducir la brecha digital, ya que resolver esto pasa también por el diseño de una sólida política pública que haga de la conexión un soporte para el desarrollo económico y cultural. De lo contrario se puede terminar en caricaturas de políticas públicas como fue el malogrado e-México de Vicente Fox.
Si bien no es la primera ciudad en nuestro país que ofrece el servicio de internet gratuito, ya que por ejemplo ciudades como Nayarit o Saltillo ya lo hacen, lo cierto es que adquiere importancia por ser la capital del país y por la cantidad de personas que potencialmente puede alcanzar el servicio. Lo interesante de este proyecto está en que de esa manera se intenta también reducir la brecha digital en la ciudad de México. Sin embargo antes de que esto sea una realidad el servicio deberá de sortear aspectos no sólo técnicos, sino sobre todo políticos y legales contra los gigantes de la telecomunicación que ofrecen el servicio de conexión a internet. Para tener una imagen más clara de esto hace falta conocer varios pormenores, entre ellos el costo de este servicio y de dónde se obtendrán los recursos.
Lo que es un hecho es que no se puede soslayar que internet es un medio vital no solo para las cuestiones productivas, educativas, sino también hasta para hacer trámites y pagos de servicios ofrecidos por el gobierno y que seguramente es un aspecto que piensa cubrir el gobierno capitalino. Esta medida es importante porque el país se rezaga en el uso de dicha tecnología, como lo expresó recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), quien refiere que México es la cuarta nación más cara en el acceso de banda ancha. Amén de que México se encuentra entre los países con menores velocidades de acceso a los servicios de banda ancha, en la posición 27 de los 30 países analizados, con una tasa máxima de 4.096 Mbps. Y seguramente los costos y las desiguales condiciones económicas y sociales del país terminan por repercutir en el número de usuarios de banda ancha en México, ya que es el último de los 30 que integran la OCDE, con 4.5 usuarios por cada 100 habitantes.
Pero tal vez lo más importante es que no es suficiente con la conexión para reducir la brecha digital, ya que resolver esto pasa también por el diseño de una sólida política pública que haga de la conexión un soporte para el desarrollo económico y cultural. De lo contrario se puede terminar en caricaturas de políticas públicas como fue el malogrado e-México de Vicente Fox.
Publicado en Milenio diario.
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