Una de las maneras que los países han desarrollado para tener un control de la circulación de los contenidos en internet es estableciendo un punto único o servidor de acceso a la red. Esa es la vía usada en Laos, China, Vietnam o Cuba para frenar el acceso de los usuarios de internet a determinados sitios o incluso para conocer qué tipo de información es la que intercambian las personas y con quiénes traban contactos.
La amenaza a las libertades en el ciberespacio y el control a distancia son factibles si las comunicaciones de internet de un país se concentran en un servidor. La paradoja es que conforme este siglo avanza corroboramos que aquella idea del fin de la historia era más demagógica que realista porque retrocedemos en materia de libertades civiles en muchas partes del orbe. El caso más reciente es Hugo Chávez, que está obsesionado en controlar todo lo que sucede en los medios de comunicación y ahora quiere ponerle una fuerte mordaza a internet.
En Venezuela se prepara una legislación de telecomunicaciones dirigida a establecer sólo un punto de conexión a internet que pertenecerá al Estado y al cual estarán obligados a enlazarse todos los proveedores de servicios de conexión a internet. De esta manera, los venezolanos dejarán de explorar libremente el ciberespacio, ya que el gobierno podrá establecer qué sitios se podrán visitar e incluso vigilar los contenidos de los correos electrónicos.
Cabe aclarar que en todos los países con censura ese control de los correos electrónicos es usado selectivamente, porque establecer un seguimiento eficaz de todos los usuarios implicaría que no lo hicieran robots sino seres humanos, para lo cual se tendría que contar con una infinidad de personas para llevar a cabo esta tarea, lo que es algo prácticamente imposible de efectuar.
No es un secreto que en Venezuela después de haberse puesto fuertes mordazas a la televisión, la alternativa fue internet, en donde empezaron a circular gran cantidad de comentarios adversos a Chávez. A estas alturas internet ha cobrado un interés especial por la forma tan crítica en que se trata al gobierno chavista, de allí que Chávez intente someter la red a un severo control. Con la nueva normatividad Chávez muy bien podría, como también se puede hacer en Cuba o China, desconectar por completo la red y dejar sin comunicación a ninguna persona, organismo civil o universidad.
Con el fin de cerrar el círculo, Chávez se apresta a tender un cable de fibra óptica desde Venezuela a Cuba con la supuesta finalidad de brindarle un servicio de conexión de banda ancha a los cubanos, lo que a mediano plazo haría factible que los venezolanos pudieran muy bien convertirse también en los guardianes de los usuarios cubanos de internet.
La amenaza a las libertades en el ciberespacio y el control a distancia son factibles si las comunicaciones de internet de un país se concentran en un servidor. La paradoja es que conforme este siglo avanza corroboramos que aquella idea del fin de la historia era más demagógica que realista porque retrocedemos en materia de libertades civiles en muchas partes del orbe. El caso más reciente es Hugo Chávez, que está obsesionado en controlar todo lo que sucede en los medios de comunicación y ahora quiere ponerle una fuerte mordaza a internet.
En Venezuela se prepara una legislación de telecomunicaciones dirigida a establecer sólo un punto de conexión a internet que pertenecerá al Estado y al cual estarán obligados a enlazarse todos los proveedores de servicios de conexión a internet. De esta manera, los venezolanos dejarán de explorar libremente el ciberespacio, ya que el gobierno podrá establecer qué sitios se podrán visitar e incluso vigilar los contenidos de los correos electrónicos.
Cabe aclarar que en todos los países con censura ese control de los correos electrónicos es usado selectivamente, porque establecer un seguimiento eficaz de todos los usuarios implicaría que no lo hicieran robots sino seres humanos, para lo cual se tendría que contar con una infinidad de personas para llevar a cabo esta tarea, lo que es algo prácticamente imposible de efectuar.
No es un secreto que en Venezuela después de haberse puesto fuertes mordazas a la televisión, la alternativa fue internet, en donde empezaron a circular gran cantidad de comentarios adversos a Chávez. A estas alturas internet ha cobrado un interés especial por la forma tan crítica en que se trata al gobierno chavista, de allí que Chávez intente someter la red a un severo control. Con la nueva normatividad Chávez muy bien podría, como también se puede hacer en Cuba o China, desconectar por completo la red y dejar sin comunicación a ninguna persona, organismo civil o universidad.
Con el fin de cerrar el círculo, Chávez se apresta a tender un cable de fibra óptica desde Venezuela a Cuba con la supuesta finalidad de brindarle un servicio de conexión de banda ancha a los cubanos, lo que a mediano plazo haría factible que los venezolanos pudieran muy bien convertirse también en los guardianes de los usuarios cubanos de internet.
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