El concierto que el próximo 16 de noviembre dará la banda irlandesa U2 por internet es el reflejo de que en menos de 10 años la red ha puesto de cabeza la forma en que se distribuye y consume la música. Ahora las bandas y músicos tienen en la red una enorme ventana de promoción, pero también los melómanos y consumidores tienen la ventaja de hacer de su pasión musical algo más personal. La única que no parece querer ver los cambios y se aferra a seguir conservando esquemas obsoletos es la industria musical, que se niega a entender que no solo la escucha de los contenidos musicales tiene que ser personalizado, sino que el discos ya no son el vehículo adecuado para hacer llegar la música a los consumidores, que las melodías en línea no pueden costar 90 centavos de dólar ya que a lo máximo que deben venderse es a 10 centavos de dólar.
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