En la red, Reforma fracasará

sábado, 13 de noviembre de 2004

Desde el 27 de septiembre Reforma cobra sus contenidos en línea. Para quienes no son suscriptores de la versión en papel, la consulta de su versión electrónica cuesta 360 pesos trimestrales. La medida busca compensar las pérdidas que ha sufrido por la baja de ventas de su versión impresa.

El problema es que parece que nuestros medios actúan por mimetismo. Toman medidas basándose en lo puesto en marcha en países desarrollados y lo efectuado por algunos medios especializados en otras partes del planeta. Como crecen a escala internacional los medios que cobran por acceder a sus contenidos, entonces los locales imitan sus pasos, sin quebrarse demasiado la cabeza para pensar en la viabilidad de esa decisión.

A los directivos de Reforma nunca se les ocurrió pensar que mientras no cambien la manera de construir los textos periodísticos en línea, las cosas no mejorarán. Pocos lectores se verán obligados a pagar si el producto no se diferencia mucho del contenido gratuito que hay en la red. Un caso de esto es El País que desde noviembre del año pasado dio un giro de 180 grados en sus criterios de acceso a Internet.

La nueva página de El País si bien incorporó algunos servicios nuevos, en realidad no mejoró profundamente la edición previa, no sobresalió por un diseño revolucionario ni dio paso a contenidos más cautivadores que los ofrecidos gratis. Lo peor es que hasta el día de hoy sigue vendiendo en la red un producto diseñado exclusivamente para el papel. Hasta antes de empezar a cobrar su información se hablaba de que 500 mil usuarios visitaban elpais.es diariamente. Ahora no se han proporcionado datos claros al respecto, pero es de imaginarse que su ausencia es indicativo del bajo número de suscritos.

Reforma pretende vender contenidos que pueden encontrarse gratis en otros sitios. Olvida que los lectores del sitio de Reforma no son entusiastas miembros de una organización no gubernamental para que colaboren y lo apoyen por solidaridad en sus políticas o proyectos.

Hasta ahora los modelos de los periódicos en línea basados en suscripciones no han tenido éxito. Pero si este modelo ha demostrado ser malo en las naciones desarrolladas, peor lo es en AL donde el grado de penetración de Internet es bajo y, sobre todo, no hay condiciones tecnológicas para concretar un sofisticado modelo multimedia de contenidos en línea


Tendencias

Entre los sitios rentables en Internet, sólo tres superan el millón de suscriptores de pago y ninguno está relacionado con medios informativos: Ncsoft (www.ncsoft.net, especializada en juegos en línea), Classmates Online (classmates.com, para contactar con antiguos compañeros de clase) y American Greetings (www.americangreetings.com, tarjetas de felicitación). El único sitio relacionado con los medios convencionales que obtiene ganancias con su sitio es The Wall Street Journal (www.wsj.com) y ocupa el octavo lugar de la lista.

Hace poco la Asociación de Editores Online (www.online_publishers.org), de la que forman parte entre otros Wall Street Journal Online, New York Times Digital, CNET Networks y Le Monde Interactif, indicó que uno de los factores básicos del éxito de The Wall Street Journal está en ser un servicio especializado en cuestiones financieras; hasta el primer semestre de 2003 contaba con 650 mil "afiliados". Eso indica que por ahora los contenidos que los usuarios están dispuestos a pagar son los de corte financiero y otros especializados dirigidos a segmentos definidos.

Esto lo complementa The Online Journalism Review (www.ojr.org), quien indica que es otro el panorama para las páginas de información general, sobre todo porque los potenciales usuarios de tales sitios no leen en la red, sólo miran y escuchan, por eso sugiere que los editores digitales ofrezcan productos que cubran ambos aspectos: experiencia visual e interactiva. Por eso Reforma se equivoca, como ya había sucedido a mediados de los 90 cuando en vano quiso cobrar por sus contenidos. No comprende que lo importante para establecer el cobro en la red es ofrecer informaciones totalmente diferentes a las que brinda en papel. En este caso, debe ser información multimedia que permita ampliarla o diversificarla en todos los formatos que es posible concretar en la red, con un rico y sólido manejo del diseño apoyado en la infografía dinámica o de segunda generación, con contenidos personalizados, etcétera. Pero incluso aunque Reforma estuviera en posibilidad de ofrecer esto, el entorno tecnológico en el país no es el adecuado para eso.

Según datos recientes de Select IDC, 44% de los más de diez millones de usuarios de Internet que existen en el país utilizan conexión de banda ancha, la ideal para realmente ofrecer contenidos multimedia en la red. Aunque no se debe olvidar que el grueso de dicha conexión la tienen empresas y no usuarios domésticos, que pudieran ser potenciales consumidores de contenidos informativos en línea.

A pesar de que se trata de un muestreo demasiado optimista en cuanto a la demografía, se infiere que debe esperarse a 2007 para tener un mercado maduro, en condiciones tecnológicas y demográficas aptas para que el acceso de pago sea viable. Por eso lo único que se puede esperar de la medida de Reforma es poca viabilidad. Si no retorna a ofrecer el total o parte de su contenido gratis perderá cualquier posibilidad de capitalizar ingresos publicitarios por el tráfico generado o echará por la borda cualquier otra posibilidad de usufructuarlo.

publicado en etcétera, noviembre 2003.
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