Es sabido que Cuba es uno de los países en donde explorar el ciberespacio tiene límites, existen impedimentos para hacerlo tanto por cuestiones de infraestructura como por disposiciones políticas establecidas por el régimen cubano. La censura en internet ha sido una constante en ese país desde que se empezó a usar en 1996, ya que Fidel Castro y compañía han considerado a la misma como un peligro para el régimen e incluso la han tipificado como “gran enfermedad del siglo XXI”.
En Cuba no sólo se restringe la libertad de expresión en la red, sino que la censura va de la mano de medidas que impiden a los ciudadanos tener acceso a la misma e imponer precios prohibitivos de conexión; el costo de una conexión dial-up o vía telefónica es de 260 dólares mensuales, pero el salario mínimo en la isla no alcanza los 10 dólares. Por si eso no fuera suficiente, en enero pasado el régimen cubano limitó el acceso de particulares al servidor local de internet, cerró la conexión a abonados telefónicos que según el Ministerio de Informática y Comunicaciones (MCI) fue con el fin de evitar la sustracción de contraseñas y el uso fraudulento y no autorizado de dicho servicio. De acuerdo con el MCI otro aspecto que llevó a tomar esa decisión fue para promover la conexión social a la red desde centros públicos y sociales en un país en donde sólo existen 6.37 teléfonos por cada 100 habitantes. En tales circunstancias al grueso de los cubanos les queda la alternativa de los cibercafés, que también están fuera de su presupuesto porque una hora de conexión cuesta casi el 50 por ciento de un salario promedio.
Peor que en China
Recientemente se reunieron en La Habana Fidel Castro y Hu Jintao, máximos dirigentes de Cuba y China, respectivamente, ocasión que aprovechó la asociación de periodistas Reporteros sin Fronteras (RSF: www.rsf.org) para dar a conocer un informe (www.rsf.org/IMG/pdf/041122Hu_Jintao_Castro_ESP.pdf) en donde compara los controles que realizan en la red ambos países. El resultado final puede asombrar pero el régimen de Castro supera al chino en lo referente a la censura en el ciberespacio. China ha destacado en los últimos dos años por ser uno de los países en donde se establece una fuerte represión a quienes hacen uso político de internet, muchos estudiantes y ciudadanos están encarcelados por esto e incluso existen prohibiciones de poner cibercafés cerca de las escuelas. Sin embargo, las autoridades cubanas aplican otros criterios mucho más represivo en el uso de internet que los chinos.
Para medir la libertad de expresión entre ambos países RSF estableció diez puntos y Cuba resulta peor en cuatro de ellos, China en tres y en el resto hay empate. Lo interesante del análisis de RSF está en que muestra las diferencias entre ambos regímenes. Mientras en Cuba se inclinan por los viejos mecanismos, como impedir a la población acceder a las nuevas tecnologías, China opta por una vía más sofisticada apoyándose en tecnologías de punta para establecer una aparente libertad de conexión a internet, pero llenando la red de centinelas y vigilando paso a paso los movimientos de los usuarios chinos.
Se trata de dos modelos represivos diferentes con implicaciones políticas y culturales distintas. Sin embargo el objetivo final es el mismo: impedir que internet se torne en un espacio de libertad para quienes viven en tales sistemas. Pero a pesar de eso algunos cubanos se las ingenian para franquear las limitaciones a través de un golpeado y reducido mercado negro de cuentas de internet y encuentran alternativas de conexión estableciendo redes de apoyo con los extranjeros que cuentan con ellas, sin soslayar que esa situación ha dado vida a una generación de talentosos hackers que violan candados y transgreden las taxativas impuestas por el régimen.
Publicado el 28 de noviembre 2004 en el periódico Milenio.
Enlace permanente
En Cuba no sólo se restringe la libertad de expresión en la red, sino que la censura va de la mano de medidas que impiden a los ciudadanos tener acceso a la misma e imponer precios prohibitivos de conexión; el costo de una conexión dial-up o vía telefónica es de 260 dólares mensuales, pero el salario mínimo en la isla no alcanza los 10 dólares. Por si eso no fuera suficiente, en enero pasado el régimen cubano limitó el acceso de particulares al servidor local de internet, cerró la conexión a abonados telefónicos que según el Ministerio de Informática y Comunicaciones (MCI) fue con el fin de evitar la sustracción de contraseñas y el uso fraudulento y no autorizado de dicho servicio. De acuerdo con el MCI otro aspecto que llevó a tomar esa decisión fue para promover la conexión social a la red desde centros públicos y sociales en un país en donde sólo existen 6.37 teléfonos por cada 100 habitantes. En tales circunstancias al grueso de los cubanos les queda la alternativa de los cibercafés, que también están fuera de su presupuesto porque una hora de conexión cuesta casi el 50 por ciento de un salario promedio.
Peor que en China
Recientemente se reunieron en La Habana Fidel Castro y Hu Jintao, máximos dirigentes de Cuba y China, respectivamente, ocasión que aprovechó la asociación de periodistas Reporteros sin Fronteras (RSF: www.rsf.org) para dar a conocer un informe (www.rsf.org/IMG/pdf/041122Hu_Jintao_Castro_ESP.pdf) en donde compara los controles que realizan en la red ambos países. El resultado final puede asombrar pero el régimen de Castro supera al chino en lo referente a la censura en el ciberespacio. China ha destacado en los últimos dos años por ser uno de los países en donde se establece una fuerte represión a quienes hacen uso político de internet, muchos estudiantes y ciudadanos están encarcelados por esto e incluso existen prohibiciones de poner cibercafés cerca de las escuelas. Sin embargo, las autoridades cubanas aplican otros criterios mucho más represivo en el uso de internet que los chinos.
Para medir la libertad de expresión entre ambos países RSF estableció diez puntos y Cuba resulta peor en cuatro de ellos, China en tres y en el resto hay empate. Lo interesante del análisis de RSF está en que muestra las diferencias entre ambos regímenes. Mientras en Cuba se inclinan por los viejos mecanismos, como impedir a la población acceder a las nuevas tecnologías, China opta por una vía más sofisticada apoyándose en tecnologías de punta para establecer una aparente libertad de conexión a internet, pero llenando la red de centinelas y vigilando paso a paso los movimientos de los usuarios chinos.
Se trata de dos modelos represivos diferentes con implicaciones políticas y culturales distintas. Sin embargo el objetivo final es el mismo: impedir que internet se torne en un espacio de libertad para quienes viven en tales sistemas. Pero a pesar de eso algunos cubanos se las ingenian para franquear las limitaciones a través de un golpeado y reducido mercado negro de cuentas de internet y encuentran alternativas de conexión estableciendo redes de apoyo con los extranjeros que cuentan con ellas, sin soslayar que esa situación ha dado vida a una generación de talentosos hackers que violan candados y transgreden las taxativas impuestas por el régimen.
Publicado el 28 de noviembre 2004 en el periódico Milenio.
Enlace permanente
0 comentarios:
Publicar un comentario