Intimidad acotada

sábado, 22 de agosto de 2009

El 17 de julio Amazon, la librería más grande en línea, la que hizo posible la compra en el ciberespacio con un solo click, evidenció que la privacidad es algo que le tiene sin cuidado con tal de alcanzar sus objetivos. Las personas que habían comprado, entre otros, los textos 1984 y Rebelión en la granja de George Orwell para su lector Kindle se encontraron ese día que dichos libros desaparecieron de su lector. Amazon llevó a cabo esta operación desde sus oficinas, entró a los dispositivos de quienes tenían las obras de Orwell en su Kindle y las borró. Vil hurto y violación de la intimidad camuflada bajo el argumento de que Amazon no tenía los derechos para reproducir tales obras. ¿Y por qué se los vendió entonces? Una violación más de la librería.

Otro suceso se dio el pasado 4 de agosto cuando el ministro Genaro Góngora Pimentel dio a conocer en su página, en la red social Facebook, que su colega Sergio Aguirre Anguiano le había propuesto no ejercer la facultad que tiene para investigar violaciones graves de garantías en el caso del incendio de la guardería ABC de Hermosillo. Ese balconeo, o quién sabe si comentario irreflexivo del ministro por desconocer esa tecnología, de inmediato fue retomado por los medios de comunicación y al día siguiente el ministro canceló su página en Facebook.

Estos dos casos son el proceso inicial de lo que continuará en este terreno. En el futuro estarán enlazados miles de objetos personales o productos de consumo cotidianos a internet para distintas aplicaciones o incluso sitios o redes que replicarán por dónde se encuentra y qué hacen los individuos. A través de chips o identificadores de radio frecuencia, se preludia un escenario prometedor, pero también inquietante en cuanto a la erosión de las libertades y de la esfera privada.

La mercantilización del espacio privado y la apropiación lucrativa de las identidades, como ya lo intentan hacer sitios como Facebook que hablan de que todos los datos que los usuarios de dicha red generan pueden ser de su pertenencia, apenas visualiza lo que se avecina. Por eso sería bueno que ante esta erosión de lo privado, se pudiera emular a la Unión Europea que hace poco llevó a cabo una consulta pública, de la cual se derivaron una serie de recomendaciones que la Comisión Europea ha aplicado, entre las cuales sobresale el derecho a silenciar los chips o de los mismos identificadores de radio frecuencia. Y sucesos como los de Amazon, que decide unilateralmente borrar a distancia libros electrónicos, hacen impostergable esa medida.

Publicado en Milenio.

1 comentarios:

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