La música en línea

viernes, 10 de julio de 2009

Las ventas de música en internet a lo largo del año pasado se incrementaron en 700 millones de dólares más que el año pasado y en total la cifra fue de tres mil 700 millones de dólares. Sin embargo, la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI) ha referido que por cada canción bajada de internet legalmente se descargan otras 20 que no son pagadas. Pero se alegra por otra parte que de manera paulatina la venta en línea siga creciendo, de suerte que actualmente ya alcanza el 20 por ciento del total de música.

De acuerdo con el último reporte emitido por la IFPI correspondiente al mes de enero de 2009 la pérdida es igual a una quinta parte de todas las ventas de música grabada. Lo que se soslaya en esto es que diversos estudios han demostrado que una gran porción de la música intercambiada es escuchada una sola vez y es de inmediato enviada a la basura.

Si bien es cierto que desde el 2000 sigue en picada la caída de ventas de discos, al grado que los ingresos totales de ventas de música en todo el mundo disminuyeron en un siete por ciento el año pasado con respecto al año anterior, pero esa caída tiene que ver más con otros factores que con la música bajada de la red. Incluso la música que se descarga de internet en México, por ejemplo, es infinitamente inferior a la que se comercializa en el circuito pirata. Y esto sucede en gran parte de los países del tercer mundo, sin olvidar que China es el mercado número uno en el mundo de piratería musical.

A pesar de los muchos servicios de descarga legal que se han puesto en marcha, los usuarios todavía siguen prefiriendo la obtención de los archivos de forma gratuita a partir de programas de descarga, aunque esto supuso en 2008 un siete por ciento menos de ingresos para el sector. Pero ese panorama parece que se volverá mucho más crítico el año que corre, ya que algunos especialistas estiman que uno de los sectores que corre mayor riesgo es el musical, ya que los melómanos y los interesados en los productos sonoros meditarán mucho más sus adquisiciones y las compras de discos y melodías bajarán considerablemente.

Es por ello que se hace necesario que la industria discográfica no se limite únicamente a imitar las políticas de Sarkozy, de no llevar a la cárcel a los usuarios que bajen melodías o de impulsar la idea de que se queden sin conexión a internet quienes sean reiterados descargadores de música protegida en línea. De lo que se trata es que se apliquen nuevos criterios de ventas, que bien podrían ser por volumen de bits. De lo contrario, si sigue con su testaruda actitud de no cambiar se seguirá hundiendo y no sería raro que viéramos que alguno de los grandes sellos discográficos perezca en el año que corre.

Publicado en el diario Milenio

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