Trabas a Google

domingo, 12 de julio de 2009

Google nació en el rincón de un oscuro garage y fue rescatado de ese sitio por la fama. El buscador fue producto del ingenio y mente de dos intrépidos estudiantes, Larry Page y Sergey Brin, que con dicha creación pensaban modificar el criterio imperante en ese entonces en el campo de los buscadores, querían que el valor que definiera el lugar que ocuparía cada sitio en el buscador fuera su popularidad. Hoy, el 70 por ciento de usuarios que usan buscadores demandan ese servicio.
Google se ha vuelto imprescindible y un monstruo que muchos quieren detener. En la actualidad, el éxito de Google es notorio, es el buscador más exitoso y su expansión se garantiza con nuevos productos que acompañan al buscador y terminan por incrementar sus usuarios. Pero el éxito y el crecimiento de esa empresa que todo engulle, y que muestra un apetito sin límites, empieza a tener problemas. En fechas recientes el gobierno estadunidense empezó a investigar a Google porque se piensa que su idea de crear la mayor biblioteca virtual del mundo devendrá en un monopolio y en una amenaza para la competencia.
Vista ya como un Microsoft, Google se enfrenta a diversas empresas e instituciones públicas que la ven como un enemigo y que desean frenar su expansión. Mientras unos la ubican como medio para difundir sus contenidos o publicitar sus productos, otros ven al buscador como un ogro que violenta los derechos de autor. Hace poco un juez estadunidense, Richard Posner, refirió que deben proscribirse los vínculos, como los que compila Google, porque vulneran el copyright. Desde esa perspectiva, un sitio o un buscador que contengan links hacia sitios o blogs no autorizados de ser enlazados podrían ser multados.
Para infinidad de creadores de sitios un enlace es, en estricto sentido, un reconocimiento y, también, una forma de generar tráfico, mientras que para la industria editorial es un acto delincuencial, como lo refiere el mencionado juez al acusar al sitio de Google News de violar los derechos de autor. De esa manera, mientras las nuevas tecnologías obligan a repensar los criterios de autor, hay quienes todavía desean seguir aplicando los esquemas del pasado para regular los del presente, como lo que acaban de poner en marcha unos jueces argentinos que prohibieron a Yahoo! y Google colocar links referentes a la modelo argentina Valeria Mazza. Otro ejemplo de cómo un obsoleto aparato judicial intenta perpetuar las equivocaciones y los absurdos de un esquema de protección de derechos de autor.

Publicado en Milenio

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