Sociedad y conocimiento

sábado, 19 de mayo de 2007

Desde hace varios años se habla con insistencia que estamos en los albores de una nueva era: la sociedad del conocimiento. Los profundos cambios en los campos científico y tecnológico, en la segunda mitad del siglo XX, han desembocado en una nueva revolución industrial: la de las nuevas tecnologías. Pero no es suficiente con el calificativo de sociedad de la información para designar las potencialidades de transformación científica y tecnológica. Manuel Castells en La era de la información indica que sociedades de la información han sido todas, en cualquier época las diversas civilizaciones han gestionado a su manera la información.

Aunque el término sociedad del conocimiento fue usado a fines de los años sesenta por Peter Drucker, fue hasta la década pasada cuando se teorizó sobre lo que significaba y se llegó a la idea de que información no es lo mismo que conocimiento. Mientras en una sociedad de la información se da primacía a la difusión de datos, en una del conocimiento se pone énfasis en que conocer es discernir, generar nuevos conocimientos a partir de la información, o lo que es lo mismo inventar nuevos esquemas productivos, reordenar la cadena de suministro y la logística empresarial, dar vida a nuevos derroteros pedagógicos, reestructurar la fuerza del trabajo… En síntesis, convertir el conocimiento en factor primordial del desarrollo productivo y social. Cierto que la sociedad del conocimiento es aún más un ideal que una realidad, pero no podemos soslayar, como dice Rifkin, la existencia de complejas redes productivas que trastocan el mercado, aunque todavía en la mayor parte del planeta nos sigamos moviendo entre masas de datos y no en procesos cognitivos innovadores.

Pero no podemos pasar por alto la existencia de intrépidos investigadores, jóvenes en su mayoría, que dan paso a nuevos esquemas de innovación, los cuales van más allá del campo de las nuevas tecnologías, poniendo en marcha procesos de convergencia de diversas ciencias como ingeniería genética, nanotecnología, biotecnología, microelectrónica, nuevos materiales, etcétera. Como en el pasado, con la revolución computacional, vuelven a ser los jóvenes quienes hacen del garage de sus casas laboratorios en donde manipulan genes, experimentan con la biología y preludian un nuevo cambio de paradigma, una revolución epistemológica y una cadena de innovaciones en la misma economía.

Publicado en Milenio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola. Una pregunta: ¿en dónde puedo comprar tu libro Territorios Virtuales? Puedes contestar a morko@hotmail.com. De antemano, gracias.

José Antonio Palos dijo...

Saludos.
Es muy interesante la posiblilidad.
Te invito a visitar.
http://operapronobis.blogspot.com/
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http://www.youtube.com/watch?v=SdIMkH088tY

Si puedes pásalo.

Verónica Jiménez Reyes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Verónica Jiménez Reyes dijo...

bueno lo que había dicho es que ayer entró el otoño y que espero leer pronto los interesantes artículos y comentarios de Antulio

Vero

 
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