El fin de gates

sábado, 7 de abril de 2007

Todo lo que empieza tiene que acabar algún día y el predominio de la empresa Microsoft no es ajeno a esto. Hace algunas semanas Hill Gates ha anunciado la retirada de su compañía, la cual fundó y llevó hasta los cielos, marca el fin de una era en donde las grandes empresas de software eran las dominantes dentro del campo de las nuevas tecnologías. Hoy el software pierde peso y entra a una redefinición.
Gates fue uno de los talentos más destacados de los años setenta del siglo pasado, que erosionó el poder de la llamada big blue, la IBM, abriendo, junto con otra pléyade de rebeldes programadores, camino a la computación de escritorio misma que ha revolucionado el campo de la información. La sólida visión en el ámbito de los negocios de Gates le ha llevado a controlar el mercado de la programación, permitiéndole colocar su sistema operativo en más del 90 por ciento de equipos de cómputo de escritorio. Pero ese inmenso poder casi monopólico acumulado a lo largo de estos últimos 30 años por Gates empieza a verse afectado. Hoy ve cómo el mercado empieza a caminar en otra dirección, por derroteros para los cuales no está preparado.
No se puede regatear a Gates que con precarios derroches técnicos y gran olfato para los negocios creara en su adolescencia Microsoft y prontamente concretara contratos con IBM para desarrollar su sistema operativo (el famoso MS-DOS) e iniciara una rápida y sostenida carrera en el campo de la programación, aunque no exenta de duras batallas contra competidores a los que en ocasiones aplastó recurriendo a dudosas prácticas de mercado. Desde el inicio Bill Gates tuvo la idea de conformar un monopolio (el del sistema operativo) sobre el cual se apoyó para ganar el mercado del software de escritorio, navegadores de internet y una serie de herramientas, que en su gran mayoría sobresalieron por vulnerar la misma propiedad intelectual al plagiarse lo que hacía su competencia.
Quitándose rivales Gates hizo de Microsoft una empresa líder y “solitaria” en el campo del software, creando un imperio insaciable al que nadie podía hacer frente. Sin embargo, quien un día tuviera la acertada visión de que la computadora personal era el camino hacia el futuro, empezó a perder su capacidad de ver el devenir al no percatarse de que el campo de batalla estaba en Internet. Si bien impuso a su navegador como dominante, perdió la batalla por establecer los estándares en la red.
Actualmente es claro que Gates no ha sabido ver el mercado de internet, a pesar de la enorme inversión que hace en la misma. Mientras que Google ha ido construyendo su liderazgo con base en una filosofía totalmente opuesta a la de Gates, abierta, amiga de la negociación y transparente, con una buena tecnología y dándole la razón al consumidor. Hoy, si Gates quiere sobrevivir debe vencer a Google, algo que tal vez en su fuero interno él sabe que no logrará y por eso anuncia su retirada de Microsoft.

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