Elecciones

lunes, 18 de septiembre de 2006


Este 2 de julio el país vivirá un reñido proceso electoral en el que, de acuerdo con las últimas encuestas, no existe un claro vencedor. A lo largo de los 12 años que tiene la transición democrática en el país, el uso de las nuevas tecnologías se ha convertido en un aspecto fundamental para apoyar los procesos electorales. A pesar de lo incipiente que es el uso de las nuevas tecnologías en nuestro entorno, no cabe duda que se vive un momento crucial en la historia electoral de México y que las nuevas tecnologías trastocan el tejido partidario y político de nuestro país.
El ejemplo más destacado es que el funcionamiento del IFE es impensable sin el uso de las nuevas tecnologías, ya que conocer los resultados electorales implica el uso de una batería de hardware y software. Una de las cuestiones que sobresale es el uso de internet para dar a conocer los resultados de las elecciones y en esta ocasión el famoso PREP empezará a fluir a partir de las 20:00 horas y podrá ser seguido por cualquier interesado a través de la red.
Pero lo más destacado del uso de las nuevas tecnologías está en que su aplicación en el campo electoral es todavía modesta y conservadora y evidencia la necesidad que tiene nuestro sistema de votaciones de una actualización, ya que a estas alturas tener que votar con boletas de papel en urnas de material plástico puede considerarse vetusto y arcaico. Lo que hoy se requiere es un sistema para sufragar basado en urnas electrónicas, para lo cual ya no hay impedimentos técnicos.
En el mundo existen diversos países que sufragan de manera electrónica, como ejemplo de ello están Brasil, Venezuela, Suiza, Inglaterra, Alemania, España o Estados Unidos que utilizan con éxito tal mecanismo para votar. El avance en la materia ha sido tal que existen urnas que al introducirse la credencial de elector identifica a la persona y si está en la lista nominal autoriza su sufragio, además si alguien tacha mal “la boleta” al momento de votar la máquina indica que el voto fue mal efectuado.
En México se han realizado pruebas piloto en algunos estados, que más que reflejar una actitud abierta a dichos procesos son modestos y temerosos intentos por concretar un moderno sistema electoral. Sin embargo, si bien es cierto que dicha modalidad de sufragio es una ventaja porque transparenta los procesos electorales y permite saber en tiempo real los resultados de las elecciones, también evita grandes inversiones en papel e incluso en funcionarios de casilla.
Por otro lado, si bien es cierto que las urnas y votaciones electrónicas son importantes para agilizar y transparentar los procesos electorales, tampoco son la varita mágica para erradicar prácticas clientelares o franquear el nivel bananero electoral prevaleciente en el país, en donde un sector vende al mejor postor su voto y derrocha inventiva para inducir la votación o comprar sufragios.

Publicado en el diario Milenio

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