El fraude Wired

martes, 24 de mayo de 2005

textoalternativoApenas acaba de cumplir 12 años de vida pero es fundamental para entender el presente. Desde sus orígenes Wired se tornó referencia obligada para conocer los derroteros de las nuevas tecnologías, aunque siempre tuvo una particular inclinación por el futurismo. Fundada por Louis Rossetto y Jane Metcalfe, la revista fue inicialmente conformada por un equipo contagiado por el espíritu contracultural de los años sesenta del siglo pasado y por los afanes libertarios anidados en la contracultural bahía de San Francisco.
Muy pronto Wired fue cuna de gurús, o digeratis como se dice en la jerga computacional, de las nuevas tecnologías como Kevin Kelly, Nicholas Negroponte o Bruce Sterling, lo que le permitió ser denominada la biblia de las nuevas tecnologías. La revista destacó muy pronto por traducir con bastante claridad los efectos de las nuevas tecnologías en la vida diaria, que ayudaron a miles de personas a no desgarrarse el corazón o terminar con algún trauma. Su centro de noticias (www.wired.com/news) todavía es uno de los lugares imprescindibles para quienes desean conocer el devenir tecnológico. Con un tiraje de más de 500 mil ejemplares Wired tiene circulación internacional.
El puñado de ciberhippies y anarquistas que iniciaron la publicación fueron reemplazados por ingenieros en sistemas, investigadores del prestigioso MIT, periodistas y personas con menos sueños y mayor habilidad en los negocios. Pero con eso también desaparecieron la preocupación por la desigualdad social y las críticas a las corporaciones multinacionales. Hoy queda como recuerdo que Wired fue una de las primeras en adherirse sin prejuicios a la cibercultura, adoptar internet y estimular nuevos estilos de vida, de hablar sin rubor alguno de autos voladores, viajes turísticos a Marte, inmortalidad, o el efecto de la biotecnología o nanotecnología en la vida diaria.

Influencias y distorsiones
Pero no sólo la opinión de sus renombrados articulistas es notoria, sino que su política editorial también ha tenido influencias relevantes en aspectos menos rimbombantes. En agosto de 2004 decidió escribir con minúscula las palabras "internet", "web" y "net". La revista con justa razón dijo que internet era sólo un sustantivo para designar un medio de comunicación similar a “radio" y "televisión", por lo que no había razón para poner la palabra con mayúscula, cuestión inmediatamente imitada por otras publicaciones.
Pero no todo ha sido para destacar, ya que conforme el tiempo transcurrió apareció la competencia de Wired, tanto en formato convencional como electrónico, con lo que perdió influencia. Aparte de los cambios de dueño y de equipos de redacción también hubo modificaciones en los criterios editoriales que llevaron a la revista a situaciones cuestionables. El caso más reciente es el de Michelle Delio, acusada de inventar fuentes. Durante el proceso de enfrentamiento que Carly Fiorina tuvo con el Consejo de administración de HP, y que a la postre la llevó a renunciar como directora ejecutiva de dicha empresa, Delio publicó en la versión en línea de Wired dos notas muy críticas a la gestión de la ejecutiva. Pero una investigación posterior detectó que las fuentes citadas en esos artículos fueron inventadas. Y recientemente se descubrió que ese no fue el único caso ya que idear fuentes era su entretenimiento. El suceso destaca no tanto por indicar que en la red pululan las invenciones, porque en realidad en cualquier soporte se presentan tales situaciones, sino por reflejar que la brutal competencia profesional y la lucha por la información puede desembocar en prácticas poco éticas.
Publicado en el diario Milenio, 22 de mayo 2005.
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