Los blogs son populares, pero no tanto

lunes, 10 de enero de 2005

Las estadísticas indican que a escala mundial la gente se inclina cada vez más a ver, la televisión es más vista mientras la lectura de la prensa escrita decae. La paradoja es que la gente se vuelca a la televisión, pero quienes lo hacen no confían en lo que ella trasmite, la consideran no creíble. Esta perversa actitud de consumir aquello de lo que desconfiamos se extiende a todos los rincones del planeta. Pero de esa indiferencia y escéptica actitud no ha escapado la prensa escrita que también se ha visto afectada por el descrédito.
En este revuelto mar internet se ha vuelto, con sus contradicciones y sus claros y oscuros, en un medio para captar audiencias, unas de las zonas más importantes en los últimos tiempos han sido los blogs. Todo indica que los blogs alcanzan niveles de penetración aparentemente altos. Ellos se consolidan en Estados Unidos, su reciente contribución en los maremotos de Asia y en las pasadas elecciones estadunidenses habla de que ya no se puede soslayar su papel, que constituyen un viento fresco de comunicación.
Sin embargo, a pesar de su innegable popularidad, o de que el diccionario Merriam-Webster la designara palabra del año en 2004, su penetración sigue siendo baja, ya que como lo indica una reciente encuesta de Pew Internet and American Life Project (www.pewinternet.org), solo un 38 por ciento de los internautas sabe lo que es un blog y un 62 por ciento dice de plano que no entiende el término. Un 7 por ciento de los 120 millones de usuarios adultos de internet de Estados Unidos y radican en dicho país dicen haber creado un blog, aunque el 27 de los internautas de esa nación dice leer blog. Una parte considerable de estos usuarios se declara fanático de los "RSS", programas que recoge la información desde sitios de internet y bitácoras que actualizan regularmente sus contenidos para llevarlos directamente a la computadora del usuario.
En todo caso una cosa que parece cierta por ahora, estos medios se están tornando en una ventana más para muchas personas, su valor y credibilidad puede ser cuestionada e incluso ubicada en el terreno de lo relativo, pero en un mundo en donde el verdadero significado de la comunicación lo determinan las audiencias mismas su contribución no puede ser soslayada.
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