Confuso e-México

sábado, 13 de noviembre de 2004

De entrada un proyecto como e-México es loable porque no se puede pasar por alto la necesidad de dotar de equipos a las comunidades para que accedan a las nuevas tecnologías. Sin embargo, los encargados de este programa no han logrado definir cómo se pondrá en marcha y cómo se logrará contar con los equipos suficientes para dar acceso a Internet a cualquier ciudadano.

En los hechos, el proyecto ha destacado más por el ruido que por la efectividad. Si bien en julio pasado se hicieron públicas algunas medidas que se pondrán en marcha, lo cierto es que las dudas no terminan por despejarse. Para empezar, se sabe que e-México forma parte de la agenda de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pero su responsable, Julio César Margain, no ha logrado convencer a varios sectores sobre el papel y la necesidad del programa.

Sin embargo, los problemas no se remiten a tales cuestiones. Hace tres meses Vicente Fox dijo que al concluir el presente año estarán conectadas unas tres mil 200 localidades del país ­cabeceras municipales, principalmente­, en las que se instalará un centro comunitario que tendrá entre cinco y diez computadoras. Esto se traducirá en la conexión de entre 16 y 32 mil equipos. Fox mencionó que la SCT es la encargada de operar los servicios de comunicaciones y conectividad necesaria para que funcionen dichos centros; aunque previamente se firmó en Seattle un convenio entre la SCT y Microsoft, por el cual la empresa estadounidense se comprometió a apoyar el desarrollo de los centros comunitarios digitales. De este acuerdo resulta que 10% de los equipos tendrá instalado de forma gratuita el sistema operativo Windows; se ha dicho que Microsoft ha puesto a disposición de e-México su software con descuentos que pueden ser de hasta 90%.

Los representantes del gobierno se vanaglorian del acuerdo con Microsoft, pero soslayan que el proyecto se ha entregado en bandeja a dicha empresa para que se beneficie de él, no sólo económicamente, sino que a largo plazo le garantiza una mayor cuota de usuarios nacionales de su sistema operativo. El gobierno mexicano no tomó en cuenta la existencia de administraciones que han optado por una infraestructura homogénea de servicio público basados en sistemas de software libre. Países como Portugal, Francia, Brasil, China, Noruega, Argentina e islas Canarias en España, ya trabajan en tal dirección.

Además, todavía es un enigma saber de dónde se sacará el dinero para echar a andar el proyecto. El año pasado no se le asignó nada a e-México y el que corre se habla de que cuenta con 70 millones de dólares, insuficientes para que cubra las necesidades del programa en este año. Asimismo, la instalación de más de 900 mil equipos de cómputo en los próximos cuatro años requiere dinero que, por las condiciones económicas que vive el país, parece difícil que se pueda asignar al proyecto.

Curiosamente, el gobierno desea poner en marcha un acelerado proceso de modernización pero él mismo es incapaz de hacerlo como lo demuestra su exigua presencia y servicios en la red. Se optó por medidas coercitivas para el pago de impuestos, de suerte que hoy están obligados a hacerlo vía Internet los medianos y pequeños empresarios, olvidando que esto debe ser opcional. El efectivo uso de las tecnologías no se alcanza con medidas dictatoriales. Tampoco se olvida el penoso trance que sufrió Hacienda cuando puso en marcha los pagos de impuestos a través de la red, y que a pesar de contar con suficiente tiempo para evitar los cuellos de botella en su sistema, fue incapaz de responder a la demanda de los usuarios que paralizaron los servidores del SAT.

Pero, si efectuar las correspondientes instalaciones de equipos y conexiones a lo largo de la República para cumplir con los objetivos de e-México implica una ardua tarea, mayor esfuerzo implica determinar los contenidos que deberán poner en marcha las dependencias oficiales, con el fin de generar los servicios correspondientes. Porque si éstas no cuentan con servicios que ofrecer a los ciudadanos, entonces queda trunco e-México, pues uno de sus objetivos es facilitar trámites y simplificar los procesos administrativos. También está pendiente la elaboración de un programa articulado para dar paso a contenidos por parte de las comunidades que contarán con Internet y, sobre todo, saber de dónde se obtendrán los recursos humanos que estarán al frente de los centros.

El ingreso del país a la sociedad de la información no se logrará por efectos publicitarios ni por buenas intenciones. Es necesario más que eso para dar paso a un programa sólido, realista y bien articulado, que pondere las necesidades locales y abra camino a proyectos tecnológicos que conduzcan también al desarrollo localen el campo de las nuevas tecnologías.

Publicado en etcétera, octubre de 2002.
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